El 6 de junio de 1900 una Real Orden autorizó la creación de un Colegio de Médicos y otro de Farmacéuticos para las poblaciones de Cartagena y La Unión de la provincia de Murcia. El Colegio de Farmacéuticos se constituyó el 1 de septiembre de 1900 con una Junta de Gobierno presidida por Eduardo Romero Germes, con Gonzalo Robles Fernández como secretario, Antonio Rodríguez Comellas primer vocal, Alfonso Carrión Inglés segundo vocal y José Díaz Benzal tesorero. Partiendo de los farmacéuticos de ambas poblaciones en el último tercio del siglo XIX, se revisa la historia de la solicitud del Colegio, el proceso de constitución, las noticias sobre su funcionamiento y la causa de su disolución el 30 de mayo de 1904. Además de la lista de los farmacéuticos colegiados, se recuerda la biografía de los cinco miembros de su Junta de Gobierno Gobierno y se analiza la constitución del Colegio en relación a la sublevación cantonal de 1873.Palabras clave: Colegio de Farmacéuticos de Cartagena y La Unión; Academia Médico-Farmacéutica de Cartagena; Junta de Gobierno; Eduardo Romero Germes
ABSTRACT:
On June 6, 1900, a Royal Order authorized the creation of a College of Physicians and another of Pharmacists for the towns of Cartagena and La Unión in the province of Murcia. The College of Pharmacists was established on September 1, 1900 with a Governing Board chaired by Eduardo Romero Germes, Gonzalo Robles Fernández as secretary, first member Antonio Rodríguez Comellas, second member Alfonso Carrión Inglés and treasurer José Díaz Benzal. Starting from the pharmacists of both towns in the last third of the 19th century, the history of the application for the College, the constitution process, the news about its operation and the cause of its dissolution on May 30, 1904 are reviewed. In addition to the list of registered pharmacists, the biography of the five members of its Governing Board is recalled and the constitution of the College is analyzed in relation to the cantonal uprising of 1873.
Keywords: College of Pharmacists of Cartagena and La Unión; Medical-Pharmaceutical Academy of Cartagena; Government Board; Eduardo Romero Germes
1. INTRODUCCIÓN
En la segunda mitad del siglo XIX e impulsado por el pensamiento liberal, en el ámbito farmacéutico surgió una fuerte corriente asociacionista que, tomando el Colegio de Farmacéuticos de Madrid como modelo de institución científica y de defensa de los intereses profesionales, llevó a fundar los Colegios de Sevilla (1853), Granada (1856), Cádiz (1858), Valencia (1864), Valladolid -para toda Castilla la Vieja-(1865), Córdoba (1880) y Murcia (1897). Sin embargo, ello no impidió que se continuara reivindicando con insistencia la necesidad de una reglamentación del ejercicio profesional que asegurara un cumplimiento ético, ayudara a prevenir y a corregir abusos y faltas y estableciera la colegiación obligatoria.
Conforme a esta aspiración, el Real Consejo de Sanidad redactó sendos Estatutos para el régimen de los Colegios de Médicos y de los Colegios de Farmacéuticos, que fueron aprobados por un Real Decreto de 12 de abril de 1898, ordenando la constitución de esos colegios profesionales en todas las capitales de provincia.
Después de la constitución de esos Colegios provinciales, algunas poblaciones consideraron tener un número significativo de profesionales y solicitaron autorización para disponer de esas instituciones de forma independiente de los establecidos en la capital. Uno de los casos en que aconteció fue en la provincia de Murcia, donde tras la constitución de los Colegios de Médicos y de Farmacéuticos conforme a dicho Real Decreto, la Academia Médico-Farmacéutica de Cartagena solicitó ambos Colegios para las poblaciones de Cartagena y la Unión y fueron autorizados por Real Orden de 6 de junio de 1900. El Colegio de Farmacéuticos se constituyó el 1 de septiembre de 1900 y funcionó hasta su disolución el 30 de mayo de 1904.
Debido a que no se han conservado las actas y documentos de aquel Colegio, en este artículo se intenta una aproximación a conocer su historia. Partiendo de las farmacias y farmacéuticos de Cartagena y La Unión en el último tercio del siglo XIX y basándonos en las noticias publicadas en prensa, intentamos conocer la solicitud del Colegio, el proceso de constitución y elección de su Junta de gobierno, algunas de las escasas noticias publicadas sobre su funcionamiento y la causa de su disolución. Además de la relación de sus colegiados, se detalla la biografía de los cinco miembros de su junta de gobierno, con la singularidad de que su presidente Eduardo Romero Germes (1840-1915), durante su etapa de estudiante de Farmacia había sido una de las figuras relevantes de la sublevación cantonal de Cartagena en 1873, lo que nos motiva a intentar analizar la constitución de estos Colegios con independencia de los establecidos en la capital provincial, en la ciudad donde un cuarto de siglo antes prendió la firme insurrección cantonal que tanta trascendencia tuvo en la historia de la Primera República Española.
2. LA CONSTITUCIÓN EXCEPCIONAL DE LOS COLEGIOS MÉDICO Y FARMACÉUTICO EN LA CARTAGENA POSTCANTONAL
La sublevación cantonal en Cartagena tuvo como objetivo hacer realidad la federación decretada por las Cortes constituyentes de la Primera República, ante los retrasos del desarrollo legislativo que bloqueaban su implantación formal. Fue iniciada el día 11 de julio de 1873 por el estudiante de Medicina y presidente de la Junta Federal de Madrid Manuel Cárceles Sabater (1850-1933), al tomar el Ayuntamiento y la guarnición de Galeras y formarse una Junta Municipal de Salvación Pública. En la resistencia frente al Gobierno de Madrid y el asedio de la ciudad durante seis meses, los cartageneros soportaron hambre e intensos bombardeos que destruyeron sus casas y mataron a familiares y vecinos, hasta la capitulación el 11 de enero de 1874. Las farmacias y farmacéuticos no escaparon a los sufrimientos. En la ciudad, además de las tres boticas citadas en la Crónica de la provincia por José Bisso en 1870, de Eduardo Menchero en Duque,29; Eduardo Picó en Mayor, 23 y de Fermín Germes en San Roque, 12, Isidoro Valverde incluye la abierta por José Cotorruelo de la Tejera en el Callejón de Campos. La de Germes, destacado republicano federalista que había sido alcalde de Cartagena en tres ocasiones, pero que no quiso sumarse con Cárceles a la sublevación, fue la primera en cerrar. La de Picó, reconocido liberal en cuya rebotica se había gestado la participación de Cartagena en la revolución de 1868, cuando cerró a finales de noviembre, intentaron echar abajo la puerta, pero desistieron al considerar que Germes tenía cerrada la suya. La de Cotorruelo continuó abierta hasta que fue agredido por advertir que en la farmacia no se podía curar a una mujer gravemente herida y debía ser llevada al hospital. La de Eduardo López Menchero y del Busto permaneció abierta hasta el final prestando asistencia a cuantos enfermos y heridos lo necesitaron.
Conforme destacó el profesor Jover Zamora en su magnífico prólogo a El Cantón Murciano, los cartageneros “no lo hicieron movidos por un patriotismo localista ni por un afán de independencia, sino motivados desde la raíz por una utopía política y social que estimaban válida para todos los españoles”. De aquella revolución que calificó como “mal planteada, inoportuna y fracasada”, destacó el hecho singular y “tremendamente valioso y ejemplar por no ser habitual en similares circunstancias”, de que se mantuvo el derecho a la vida y a la dignidad humana del disconforme y del adversario. Todo ello explica la admiración de las generaciones posteriores hacia aquellos antepasados capaces de enfrentarse por un ideal frente a un poderoso adversario, así como por haber logrado reconstruir la ciudad y recuperar la prosperidad y bienestar perdidos por aquella utopía. En ellos quedó un sentimiento de orgullo respaldado por el convencimiento en su firme voluntad, su fuerza y su capacidad para gestionar su futuro.
Ese convencimiento en su capacidad, nos ayuda a comprender que a final del siglo XIX, cuando la ciudad y su entorno industrial se han normalizado, al regularse oficialmente la constitución de los Colegios médicos y farmacéuticos en las capitales de provincia, los miembros de la Academia Médico-farmacéutica de Cartagena, conscientes del importante número de facultativos entre los dos municipios de Cartagena y La Unión, no dudan en solicitar colegios propios apoyándose en la contribución al Estado de su numerosa población y en ser la capitalidad marítima del Mediterráneo, y por ello, una de las principales ciudades españolas, superando a muchas de las capitales provinciales de entonces. La solidez de sus argumentos hizo que ambos colegios fueran autorizados, ratificándose la suficiencia de esas ciudades para controlar ambas profesiones. En el caso del Colegio de Farmacéuticos, fue especialmente significativo, e incluso paradójico, que resultase elegido presidente Eduardo Romero Germes, sobrino de Fermín Germes y Gracia, y también un convencido y activo republicano federalista, que además había sido ministro de aquel Cantón cuando era estudiante de Farmacia. La confianza demostrada por sus compañeros y ver aumentada su responsabilidad como subdelegado de Farmacia con el poder de controlar la actividad profesional con independencia de Murcia, debieron de proporcionarle una satisfacción inmensa (1-3).
3. FARMACÉUTICOS DE CARTAGENA Y DE LA UNIÓN EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX Y SU PARTICIPACIÓN EN LA CONSTITUCIÓN DEL COLEGIO DE FARMACÉUTICOS DE MURCIA
La primera relación de los farmacéuticos ejercientes con oficina de farmacia en la Cartagena postcantonal, la encontramos en el diario El Eco de Cartagena de 28 de julio de 1879, que reproduce por entregas una Guía del Forastero de la ciudad, donde se incluyen los “Farmacéuticos con oficina abierta” y las calles donde éstas se ubican: Fermín Germes y Gracia, C/Carmen; José Cotorruelo de la Tejera, C/ Campos; Simón Martí Pagán, C/ Mayor; Luís Mínguez Moreno (Subdelegado), C/ Duque; Rodolfo Fandos Orcajada, C/ Merced; Eloy Onrubia, C/ Puertas de Murcia, y José Vidal Martínez, C/ Carmen (4).
Seis años después, el mismo diario publicó un turno de farmacias establecido por la Subdelegación para atender las necesidades de medicamentos a cualquier hora de la noche debido a la gravedad de la epidemia de cólera en julio de 1885 donde, junto a los farmacéuticos anteriores, se incluía a Eduardo Romero (Fig. 1) (5).
Figura 1. Turno de Farmacias establecido en Cartagena en julio de 1885 (El Eco de Cartagena 1885, XXV p 3, 20 julio 1885).
En 1898 los farmacéuticos de Cartagena y La Unión participaron con los restantes de la provincia, en el proceso de constitución del Colegio de Farmacéuticos de Murcia, al aplicarse los Estatutos para el régimen de los Colegios de Farmacéuticos del Real decreto de 16 de abril de 1898 (6). Sus disposiciones transitorias establecían las normas para su constitución y, una vez constituido, quedaba disuelto el anterior Colegio inaugurado solemnemente en Murcia un año antes. Aplicando esas disposiciones, el gobernador civil nombró una junta interina constituyente que se publicó el día 27 de mayo de 1898 (7). La junta preparó la relación de farmacéuticos ejercientes en todas las poblaciones de la provincia que podían optar a los cargos de la Junta de gobierno del nuevo colegio, exigiendo una antigüedad mayor de diez años en el ejercicio profesional para optar a presidente y de seis para los demás cargos, que fue publicada en el Boletín Oficial de la Provincia del 27 de abril de 1899 (8). En ella figuran con sus años de ejercicio nueve farmacéuticos de Cartagena: José Cotorruelo de la Tejera, 23 años; Rodolfo Fandos Orcajada, 23 años; Luís Mínguez Moreno, 22 años, José Díaz Benzal, 19 años; Eduardo Romero Germes; 18 años; Diego Jorquera Rodríguez, 16 años; Gonzalo Robles Fernández, 10 años; Eduardo Pico y Brés; 10 años; Alfonso Carrión Inglés, 6 años; y tres de La Unión: Aurelio de Paz Moure, 10 años; Martín Miró Oller, 18 años; y Antonio Martínez Comellas, con 6 años de ejercicio. Las elecciones se realizaron entre los días 17 y 20 de julio. El Colegio quedo constituido con una nueva Junta de gobierno presidida por Federico Gómez Cortina (1840-1915) y formada exclusivamente por farmacéuticos de Murcia, cuyos miembros fueron los primeros que se inscribieron en el Libro de registros de Farmacéuticos del Colegio el 21 de julio de 1899. En febrero del año siguiente se colegiaron seis farmacéuticos de La Unión (Martín Miró Oller, Ricardo Comellas Gómez, José Páez Cortés, Aurelio de Paz Moure, Diego Pedreño Solano y Antonio Martínez Comellas), dos de Cartagena (Joaquín y Juan Rosique Serrano), uno de Portman (Manuel Esparza Domínguez) y uno de El Algar (Juan Jaén López).
Cuando se renovó parcialmente la Junta de Gobierno del Colegio de Murcia, conforme a la modificación de los Estatutos por Real Orden de 3 de noviembre de 1900, los farmacéuticos de Cartagena y La Unión, no participaron en la renovación debido a que pertenecían a su propio Colegio. Por ello fueron excluidos de la nueva relación de farmacéuticos electores y elegibles de la provincia publicada en mayo de 1901 (9).
4. SOLICITUD DE UN COLEGIO DE FARMACÉUTICOS PARA CARTAGENA Y LA UNIÓN
La constitución de un Colegio de Farmacéuticos en Cartagena y La Unión fue autorizada por una Real Orden del Ministerio de la Gobernación de 6 de junio de 1900 (10). En ella se indicaba que la solicitud de la autorización para constituir en Cartagena junto con La Unión un Colegio Médico y otro Farmacéutico independientes de los colegios provinciales constituidos en la capital, fue pedida por la Academia Médico-Farmacéutica de Cartagena, basándose en sus condiciones especiales sociodemográficas, de ser la décima población entre todas las de España y capital del Departamento marítimo, además de estar equiparada en tributación a las capitales de provincia.
La Academia Médico-farmacéutica de Cartagena, desde su constitución el 24 de noviembre de 1880 (11), procuró la mejora de las condiciones sanitarias de la ciudad y la defensa de los intereses profesionales de los médicos y farmacéuticos cartageneros. Entre sus miembros figuraron los más prestigiosos facultativos de la ciudad, y su relevancia institucional y social se incrementó paralelamente al desarrollo del conocimiento científico en el último tercio del siglo XIX. Cuando cursó esa solicitud, estaba presidida por el doctor Leopoldo Cándido Alejandre (1859-1919), y entre los miembros farmacéuticos, que debieron defender la aspiración de tener un colegio propio, figuraban Eduardo Pico y Brés (1829-1902), doctor en Farmacia, que había sido elegido presidente en febrero de 1892; Joaquín Sancho del Río (1853- 1917), doctor en Farmacia y licenciado en Medicina, había sido farmacéutico del Santo Hospital de la Caridad y desde 1888 Subdelegado de Farmacia y, posteriormente como médico había sido Subdelegado de Medicina del partido entre 1890 y 1895; Luís Mínguez Moreno (1850-1932), que había sido vocal de la Junta Municipal de Sanidad en el bienio 1879 a 1881 y secretario de actas de la Academia hasta 1881; Eduardo Romero Germes (1840-1915), era Subdelegado de Farmacia y había sido depositario de la Academia; José Vidal Martínez (1854-1917) y Aurelio de Paz y Moure (1850-1916), farmacéutico de La Unión, que ingresó en 1895 y llegó a ser contador de la Academia (12).
El Ministerio de la Gobernación sometió la petición al Real Consejo de Sanidad, que accedió a ello proponiendo la posibilidad de establecer Colegios en poblaciones de más de 14.000 habitantes y, conforme a ello la Reina regente, en nombre de S. M. el Rey, dispuso:
“1º Que se autorice a la ciudad de Cartagena para que, con su partido judicial y la ciudad de la Unión, constituya un Colegio Médico y otro Farmacéutico, con absoluta independencia de los respectivos colegios establecidos en la capital con arreglo al Real decreto de 12 de abril de 1898”.
Respecto a la composición de las Juntas de gobierno de estos Colegios, consideró “que sea el mismo que se establece en las capitales de provincia de tercera clase” y, en el caso de los colegios de Farmacéuticos deben hacerlo conforme al párrafo tercero del artículo 25 de dicho Real Decreto, donde se establecía su formación “por un Presidente, dos Vocales, un Secretario-Contador y un Tesorero” (13).
Un acontecimiento destacable es que siendo la Academia la institución promotora de la creación de los dos colegios en Cartagena, una vez concedida la autorización para constituirlos, ante el hecho de que la defensa de los intereses profesionales la ejercerían en lo sucesivo ambos colegios, los miembros de la Academia Médico-Farmacéutica en junta general celebrada el 14 de junio de 1900, consideraron innecesaria su continuidad y acordaron su disolución, pasando todo su mobiliario y documentación al Santo Hospital Real de la Caridad (14).
5. CONSTITUCIÓN DEL COLEGIO DE FARMACÉUTICOS DE CARTAGENA Y LA UNIÓN
Tras publicarse la autorización en la Gaceta del 9 de junio de 1900, unos días después, el 15 de junio, conforme a la disposición transitoria primera de los Estatutos, el Gobernados civil nombró sendas Juntas constituyentes formadas por siete miembros. Para el Colegio de Farmacéuticos designó presidente a Eduardo Romero Germes, y vocales a Luís Mínguez, Rodolfo Fandos, Gonzalo Robles, José Cotorruelo, Vicente Villas y José Díaz Benzal (15). La secretaría interina debía desempeñarla el vocal con título más reciente y en igualdad de circunstancias, el más joven, y correspondió a Gonzalo Robles Fernández.
El secretario Robles y el presidente Eduardo Romero, firmaron la relación de los farmacéuticos con derecho a desempeñar los cargos de la Junta de Gobierno del futuro Colegio, publicada el 21 de julio en el Boletín Oficial de la Provincia de Murcia (Fig. 2) (16). Para poder ser presidente, cumplían la exigencia de tener más de diez años de ejercicio Eduardo Romero Germes, Eduardo Picó Bres, Luís Mínguez Moreno, Rodolfo Fandos Orcajada, José Cotorruelo de la Tejera y Gonzalo Robles Fernández, todos de Cartagena.
Figura 2. Relación farmacéuticos que pueden presentarse a los cargos de la Junta de Gobierno del Colegio de Farmacéuticos de Cartagena y La Unión. (Boletín Oficial de la Provincia de Murcia núm. 326 p. 2, de 21 julio 1900).
Para los demás cargos, de vocal, secretario-contador y tesorero, cumplían el mínimo de seis años de ejercicio, los farmacéuticos de Cartagena José Díaz Benzal, Juan Jaén López, Diego Jorquera, Francisco González, Manuel Esparza Domínguez, Luis Rizo Blanca, Vicente Villas Moreno y Alfonso Carrión; y los de La Unión Aurelio de Paz Moure, Martín Miró Oller y Antonio Martínez Comellas.
Las elecciones para nombrar la junta definitiva se celebraron el 1 de septiembre siguiente. En ellas quedaron ratificados el presidente y el secretario anteriores, y ese día por la tarde, quedó constituido el Colegio con la siguiente Junta de Gobierno:
- Presidente: Eduardo Romero Germes
- Primer vocal: Antonio Rodríguez Comellas
- Segundo vocal: Alfonso Carrión Inglés
- Tesorero: José Díaz Benzal
- Secretario: Gonzalo Robles Fernández
Todos ejercientes en Cartagena, con excepción del primer vocal Antonio Rodríguez Comellas, con farmacia en La Unión. Su constitución y la composición de su Junta de Gobierno fue publicada ese mes en la prensa provincial en El Diario de Murcia (17), y en la revista profesional de ámbito nacional La Farmacia Moderna (18) (Fig. 3).
Figura 3. Noticias publicadas sobre la constitución del Colegio de Farmacéuticos de Cartagena y La Unión en El Diario de Murcia (Fig. 3a) y del “Nuevo Colegio” en La Farmacia Moderna (Fig. 3b). [Diario de Murcia 1900; XXII (8412): 2, 5 sept 1900; La Farmacia Moderna 1900; XI (26): 383, 15 septiembre 1900].
6. ALGUNAS ACTIVIDADES DESARROLLADAS POR EL COLEGIO DE FARMACÉUTICOS DE CARTAGENA Y LA UNIÓN.
Al no haber llegado hasta nosotros las actas de sesiones de este Colegio, solamente podemos hacer referencia a algunas noticias publicadas sobre su actividad. A nivel oficial tenemos constancia del apoyo del Colegio de Cartagena y la Unión al recurso del Colegio de Murcia en contra de la apertura de Farmacias municipales, en cuya respuesta S.M. el Rey tiene en cuenta “las instancias presentadas por los Colegios de Farmacéuticos de Vitoria, Alicante, Almería, Murcia, Cartagena y la Unión” (19). El Colegio de Cartagena también reclamó el cumplimiento del servicio facultativo por determinadas Corporaciones, conforme a lo publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Murcia de 11 de enero de 1902, donde el Gobernador civil publicó la siguiente comunicación del director general de la Administración de fecha 31 de diciembre de 1901:
“Instruido el oportuno expediente en esta Dirección general con arreglo a lo prevenido en el art. 1º del Real decreto de 19 de Agosto último, con motivo de la instancia presentada a nombre del Colegio de Farmacéuticos de Cartagena y La Unión, en súplica de que se aperciba a estas Corporaciones para que cumplan el servicio facultativo tal y como lo preceptúan las disposiciones legales vigentes en la materia; esta Dirección general ha tenido a bien conceder veinte días de audiencia, a contar desde el siguiente a la publicación en el Boletín Oficial de esa provincia, de la presente orden, a fin de que las partes interesadas puedan alegar y presentar los documentos y justificantes que consideren convenientes a sus derechos.” (20).
Varias noticias publicadas en la prensa de Cartagena y de Murcia nos informan de algunas de las juntas del Colegio para tratar sus asuntos. El Eco de Cartagena informó el 7 de septiembre de 1901, que “el colegio de Farmacéuticos de esta ciudad se ha reunido esta tarde a las cuatro en la farmacia del Sr. Germes para tratar un asunto urgente” (21). El Liberal de Murcia informó que el 18 de mayo de 1903 a mediodía se reunió la junta de gobierno en la botica de su presidente (22). Una semana después se celebró una Junta general extraordinaria el 27 de mayo a las tres de la tarde en el domicilio del Sr. Germes, que fue anunciada por la prensa en la víspera (23).
A comienzos de junio de 1903 se celebraron elecciones para renovación de los cargos de presidente, segundo vocal y secretario, siendo ratificados en sus cargos Eduardo Romero, Alfonso Carrión y Gonzalo Robles (24). El siguiente 11 de septiembre se volvió a reunir el Colegio en la farmacia del Sr. Germes “tomando acuerdos importantes para la corporación.” (25).
7. DISOLUCIÓN Y FIN DE LA ACTIVIDAD DEL COLEGIO
La aprobación de la Instrucción general de Sanidad por Real Decreto de 12 de enero de 1904 (26), estableció un importante impedimento para el reconocimiento oficial de los colegios en su artículo 85:
“Los Colegios residentes en capitales de provincia que acrediten contar entre sus individuos más de las dos terceras partes del número de Médicos o Farmacéuticos, respectivamente, que ejerzan en toda la provincia, serán considerados como Corporaciones oficiales”
y concretó sus facultades y prerrogativas sobre registro de colegiados, reglamentación del ejercicio profesional, facultades, obligaciones y deberes, así como vigilancia de su cumplimiento y faltas.
Para el Colegio de Cartagena, además de no corresponder a la capital de la provincia, el número de farmacéuticos también era inferior a las dos terceras partes de los establecidos en la provincia, lo que implicaba que no tendría carácter oficial. Ante esta perspectiva sus miembros se plantearon su continuidad, y en la segunda semana de mayo se reunió la Junta directiva para acordar su disolución, tal como informó El Liberal de Murcia:
“fundándose en que la nueva Instrucción de Sanidad solo reconoce con carácter oficial a los colegios provinciales que lo constituyan más de las dos terceras partes de farmacéuticos establecidos dentro de la provincia.
El próximo día 30 se reunirá el Colegio en pleno, en cuyo acto se dará cuenta del acuerdo de la Directiva y se resolverá, en definitiva.
Desde luego, según nuestras impresiones, quedará disuelta esta entidad, siendo probable que la mayoría de individuos que componen este Colegio, se vayan afiliando al colegio provincial.” (27).
La convocatoria para esa junta fue publicada por El Eco de Cartagena del sábado 28 de mayo en su apartado “Crónica”:
“Para el lunes [30 de mayo], a las tres de la tarde, está citado el Colegio médico farmacéutico de Cartagena y La Unión a sesión extraordinaria que se celebrará en el domicilio del farmacéutico Sr. Germes.” (28).
La previsión sobre su posible disolución se cumplió en esa reunión convocada para el 30 de mayo, pues así fue publicado El Liberal de Murcia del 5 de junio, bajo el título “Los Farmacéuticos”:
“Según nuestros informes en uno de los pasados días ha tenido lugar la última reunión del Colegio de Farmacéuticos de Cartagena y La Unión, en la que como anticipamos oportunamente, se tomó el acuerdo de su disolución, siéndole entregada toda la documentación al delegado del mismo, Sr. Germes.” (29) (Fig. 4).
Figura 4. Noticia informando de la disolución del Colegio de Farmacéuticos de Cartagena en El Liberal (Murcia) 1904; III (674): 1, de 5 de junio de 1904.
El Eco de Cartagena lo reflejó al día siguiente:
“Ha quedado disuelto el Colegio Farmacéutico de esta ciudad y La Unión. La documentación del mismo ha sido entregada al delegado del mismo Sr. Germes.” (30).
El Colegio de Farmacéuticos de Murcia, conforme con el artículo 85 de la Instrucción general de Sanidad, acreditó el número de colegiados y le fue concedida la categoría de oficial por Real orden de 1 de julio de 1904 (31). De los farmacéuticos que habían pertenecido al Colegio de Cartagena y La Unión, según consta en su Libro de registro de farmacéuticos de Murcia, salvo Joaquín Sancho del Río y Alfonso Carrión Inglés, que se inscribieron en abril y mayo de 1905 respectivamente, la mayoría se dieron de alta en el Colegio de Murcia el 9 de diciembre de 1910, seis años después de la disolución del Colegio de Cartagena.
8. FARMACÉUTICOS COLEGIADOS EN EL COLEGIO DE CARTAGENA Y LA UNIÓN
La única relación de los farmacéuticos que pertenecieron a este colegio profesional la hemos encontrado en la Guía general de Cartagena y sus alrededores publicada en 1902 por los hermanos Manuel y Nicasio Estrada Maureso, donde incluyen una “Lista de los farmacéuticos colegiados en Cartagena” (32). Incluye 27 miembros, diferenciando 25 titulares de farmacia y 2 regentes. Bajo el epígrafe de “Junta permanente” incluye al presidente, secretario, contador y tesorero, los vocales y se diferencian dos regentes. Respecto de la Junta de gobierno constituida de acuerdo a los Estatutos en 1900, coinciden los nombres del presidente y secretario, pero como tesorero figura José Cotorruelo de la Tejera en lugar de José Díaz Benzal, añade como contador a Vicente Villas Moreno, cuando según el Estatuto su función la debe ejercer el “secretario-contador”, no se diferencian el primer y segundo vocal, y figuran todos los colegiados como vocales, a excepción de los dos regentes, porque vuelve a citar todos los miembros de la junta entre ellos. Ignoramos si los cambios en los responsables de las tareas de tesorero y contador fueron establecidos en algún acuerdo interno entre sus miembros, pero no se corresponden con la primera junta elegida que de nuevo se mantuvo sin modificaciones en 1903 cuando, resultaron reelegidos el presidente, el secretario y, como segundo vocal Alfonso Carrión Inglés.
A pesar de esas irregularidades, esta lista tiene la importancia de que figuran los nombres de todos los colegiados en 1902 y las poblaciones en que ejercían. Por ello ha sido esencial para preparar la siguiente relación de colegiados, aunque en la Junta de Gobierno hemos incluido los cargos y nombres oficialmente elegidos desde la constitución del Colegio, y también hemos tenido en cuenta las incidencias de bajas y altas que hemos documentado desde su constitución en septiembre de 1900 hasta su disolución en mayo de 1904, que son la baja de Rodolfo Fandos Orcajada por fallecimiento en octubre de 1900 (33) y las incorporaciones de Manuel García, establecido en El Estrecho de San Ginés en 1901 (34); Agustín Malo de Molina y Picó, quien adquirió en abril de 1902 la farmacia de la calle Mayor a la viuda de Martí, y Joaquín Ruiz Stengre, establecido en enero de 1903 en la calle Cuatro Santos, 24 (35) (Tabla 1 ).
Tabla 1. Junta De Gobierno y Farmacéuticos Colegiados en el Colegio de Cartagena y La Unión (1900-1904).
9. BIOGRAFÍA DE LOS FARMACÉUTICOS DE LA JUNTA DE GOBIERNO
Un hecho común a la mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno de este colegio fue que todos destacaron como excelentes farmacéuticos en el desempeño de sus obligaciones profesionales, e incluso algunos demostraron una gran sensibilidad social que los llevó a ejercer importantes cargos políticos municipales.
9.1 Eduardo Romero Germes (1840-1915). Presidente
Nació en Valencia el 11 de diciembre de 1840, pero desde la edad adulta su vida se desarrolló en Cartagena, ciudad a donde había sido destinado su padre José Romero Navarrete, natural de Estepa y oficial de Infantería. Allí comenzó sus estudios tardíamente, aprobando en diciembre de 1861, con 21 años el examen de estudios primarios en el Instituto de Murcia. Estudió el Bachillerato en los Institutos de Lorca y de Murcia, y consiguió el Grado de Bachillerato en el Instituto Libre de Cartagena en 1871(36).
La evolución posterior de sus estudios universitarios y de su vida se vio condicionada por su firme convicción política como republicano federal. Comenzó el curso preparatorio en la Universidad Libre de Murcia, aprobando solamente la asignatura de Química y continuó al año siguiente en la Facultad de Farmacia de Madrid, aprobando las dos asignaturas de Materia Farmacéutica y las dos de Farmacia Química Orgánica e Inorgánica (37). Interrumpió los estudios al presentarse a las elecciones municipales de Cartagena y ser elegido concejal en enero de 1872. En ese cargo le sorprendió en julio de 1873 el comienzo de la sublevación cantonal. Tras la proclamación del Cantón murciano se adhirió, fue nombrado secretario de la Junta revolucionaria y ministro de Fomento, y posteriormente copresidente de la Comisión de Justicia y vicepresidente de la Junta. Él dotó la primera ambulancia marítima de la Cruz Roja en el barco Buenaventura. Tras la capitulación de Cartagena en enero de 1874, estuvo exiliado en Orán, regresando posteriormente a España, donde fue indultado (38).
Reanudó los estudios de la licenciatura de Farmacia en el curso 1876-77 aprobando las asignaturas de Historia Natural del preparatorio en la Universidad de Valencia y el último curso, con las asignaturas de Ejercicios prácticos de Materias Farmacéuticas y Plantas medicinales y de Prácticas de Operaciones Farmacéuticas, en la Facultad de Madrid, aprobando el Grado de Licenciado el 1 de junio de 1878 (37).
Inició su ejercicio profesional como regente de la oficina de Farmacia de la calle Mayor nº 14, adquiriendo prestigio por los medicamentos elaborados conjuntamente con su tío Fermín Germes y Gracia, titular de una farmacia en la calle del Carmen nº 12. En 1881 publicó el artículo “Intrusismo de Farmacia” en la revista La Unión de las Ciencias Médicas de Cartagena. Al fallecer su tío Fermín en 1886, heredó su Farmacia y la mantuvo hasta su fallecimiento (39). En 1887 fue admitido como académico numerario en la Academia Médico-Farmacéutica de Cartagena y elegido Depositario (40). En 1894 fue nombrado Subdelegado de Farmacia del distrito de Cartagena (41), y fue ratificado por concurso en 1905 (42). Como tal era miembro nato de la Junta Municipal de Sanidad. Al autorizarse un Colegio de Farmacéuticos para las poblaciones de Cartagena y La Unión, fue nombrado presidente de la junta provisional para su constitución y el 1 de septiembre de 1900 fue elegido presidente del mismo (18). Fue reelegido en 1903 (25), y continuó hasta el 30 de mayo de 1904 cuando se acordó la disolución del Colegio (29). Como Farmacéutico titular de Cartagena solicitó participar en la elección de compromisarios para elegir la Junta de Gobierno del Cuerpo de Titulares (43).
Paralelamente a su labor profesional, como miembro destacado del Comité Republicano de Cartagena, tuvo una activa participación en la política municipal, siendo elegido concejal en 1895 (44) y en 1906 (45).
Se colegió en el Colegio de Farmacéuticos de Murcia el 9 de diciembre de 1910. Fue nombrado Presidente honorario del mismo y falleció en Cartagena el 25 de enero de 1915, siendo enterrado al día siguiente en el cementerio de Nuestra Señora de los Remedios (46).
9.2. Antonio Martínez Comellas (1864- 1909) Primer vocal
Nació en La Unión el 18 de mayo de 1864, siendo hijo de Fulgencio Martínez, natural de Pozo Estrecho, y de Trinidad Comellas, natural de Pacheco. Aprobó el examen de ingreso el 28 de septiembre de 1876 en el Instituto de Murcia, centro en que cursó el Bachillerato entre 1876 a 1881, aprobando los exámenes de Grado los días 18 y 19 de septiembre de 1881 (47). Estudió el preparatorio en la Universidad de Valencia en el curso 1881-82 y en la Universidad de Barcelona en el 1883-84, y la licenciatura de Farmacia en la Universidad de Madrid entre los años 1884 y 1889, siendo fechado su título el 19 de noviembre de 1889 (48).
Ejerció como farmacéutico en la localidad de La Unión. El 13 de marzo de 1893 el Ayuntamiento de La Unión le nombró con carácter interino farmacéutico del Santo Hospital de Caridad de la ciudad, en la vacante producida por la dimisión de Vicente Villas Moreno (49). En el Colegio de Farmacéuticos de Murcia se colegió el 6 de febrero de 1900, pero el 1 de septiembre siguiente, al constituirse el Colegio de Cartagena y la Unión, fue elegido primer vocal (18), siendo el representante de los farmacéuticos de La Unión en el nuevo colegio, cargo que ocupó hasta la disolución del mismo el 30 de mayo de 1904.
Fue Subdelegado de Farmacia en el distrito de La Unión. Como tal, en septiembre de 1903 convocó a los farmacéuticos titulares y a los suministradores de medicinas a la Beneficencia municipal para elegir un compromisario (50). Fue ratificado de nuevo como subdelegado en el concurso celebrado en mayo de 1905 (51).
Contrajo matrimonio con Matilde Fenor López y enviudó al fallecer ésta el 7 de noviembre de 1894 (52).
En el número extraordinario del periódico El Pueblo, dedicado a celebración de la Fiesta del Árbol en La Unión en febrero de 1904, publicó el artículo “La Iglesia” describiendo la construcción e inauguración de la nueva iglesia parroquial de La Unión en sustitución de la antigua ermita de Las Herrerías (53).
9.3. Alfonso Apolinario Carrión Inglés (1867 – 1926). Segundo Vocal
Nació en Pozo Estrecho (Murcia) el 23 de julio de 1867. Era hijo de Alfonso Carrión García y de Josefa Inglés Sánchez. Ejerció como farmacéutico toda su vida en Pozo Estrecho, donde desarrolló una importante labor social y política.
Estudió el primer curso de Bachillerato en el Instituto de Lorca en el curso 1878-79 y los restantes en el Colegio de los Cuatro Santos de Cartagena. Obtuvo calificación de sobresaliente en la mayoría de asignaturas, destacando en los exámenes en el Instituto de Murcia con premios y menciones honoríficas Terminó los ejercicios del grado de Bachiller el 1 de octubre de 1883 (54). Estudió el preparatorio en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central en el curso 1885-86 (55), y continuó en la Facultad de Farmacia terminando la licenciatura en 1891 (56).
Abrió oficina de Farmacia en la población de Pozo Estrecho en febrero de 1892 (57), y estuvo al frente de ella el resto de su vida. Concertó el suministro de medicamentos para la Beneficencia en su distrito. Fue elegido segundo vocal en el Colegio de Farmacéuticos de Cartagena y La Unión (18).
Su dedicación a la política le llevo a ser elegido concejal en diciembre de 1909, debiendo destacarse que demostró su honestidad profesional al solicitar el cese en el suministro a la Beneficencia para no incurrir en incompatibilidad de intereses (58). Fue alcalde de Cartagena en dos periodos. La primera vez, fue nombrado el 23 de julio de 1910 (59) y dimitió un año después (60), pero fue nombrado de nuevo en 1918 y 1919 (61). De este periodo se ha destacado su esfuerzo para la repoblación forestal del término municipal, pues solicitó al ministro de Fomento la entrega de 2000 pinos y 8000 eucaliptos, se concedieron 1000 eucaliptos y fueron destinados a sanear terrenos pantanosos, ensanches y vías públicas (62). Cartagena le dedicó a su memoria la calle “Alcalde Carrión Inglés” en la barriada “Virgen de la Caridad”.
Fue uno de los fundadores del Banco Agrícola de Cartagena con el apoyo de la Cámara Agrícola y la Liga de los Vecinos del Campo (63). Su dedicación por Pozo Estrecho ha sido reconocida dedicando su nombre a la Biblioteca Pública municipal “Alfonso Carrión Inglés”.
Falleció el 18 de agosto de 1926 y fue enterrado al día siguiente en Pozo Estrecho (64).
9.4. José Díaz Benzal (1856-1922). Tesorero
Nació en Cartagena el 6 de noviembre de 1856 del matrimonio de Juan Díaz García y de Catalina Benzal Benzal, naturales de Cartagena. Superó los dos primeros años de Bachillerato en el Instituto Municipal de Cartagena en los cursos 1871-72 y 1872-73 y el tercer año en el Instituto de Lorca, donde aprobó los ejercicios de grado de Bachiller en junio de 1874 (65). Cursó la Licenciatura en la Facultad de Farmacia de la Universidad Central en los años 1874 a 1877, siendo expedido su título de Licenciado el 7 de marzo de 1878 (66).
Vivió y estableció su oficina de Farmacia en la calle Real del barrio de San Antonio Abad de Cartagena, donde ejerció hasta su fallecimiento en 1922. Fue varios años Subdelegado de Farmacia, hasta que presentó su renuncia en agosto de 1894 (41). Era vocal electo de la Junta Municipal de Sanidad. En 1897 se le consultó por un caso de sospecha de cisticercosis en ganado porcino (67). En septiembre de 1900 fue elegido tesorero del Colegio de Farmacéuticos de Cartagena y La Unión. Fue Farmacéutico titular de Cartagena (42), llegando a tener que reclamar por instancia al Ayuntamiento una certificación del importe de la deuda por los medicamentos suministrados y que se incluya en el próximo presupuesto para su pago (68). Fue miembro de la Asociación benéfica de la Cruz Roja en la que colaboró como director de Almacén.
Fue un militante destacado en el partido republicano histórico y por ese partido fue elegido concejal y teniente de alcalde de Cartagena por el distrito de su barrio en varias ocasiones. En marzo de 1884 fue uno de los concejales suspendidos por el Gobernador civil “por desobediencia y reticencia manifiesta” (69). En septiembre de 1884 contestó a un comunicado presentado al Gobierno civil denunciando el deficiente suministro de medicinas en los barrios de San Antonio Abad y de La Concepción (70). En julio de 1885 fue nuevamente suspendido como concejal, al no asistir al Ayuntamiento, acusado de ser uno de los que se habían ausentado de sus domicilios ante la epidemia de cólera. Sin embargo, tal como aclaró el diario La Paz, era uno de los concejales “que no se han ausentado de sus domicilios, no han huido y si no concurren al Ayuntamiento es porque no se les deja entrar en Cartagena… Creemos que el Sr. Gobernador debe levantar la suspensión y hacer que se les permita la entrada” (71). En octubre de 1892 fue uno de los republicanos históricos que formó parte del Comité republicano por la coalición electoral de Cartagena (72), saliendo elegido concejal en noviembre de 1893 (73).
Falleció en su domicilio en el barrio de San Antonio el 23 de marzo de 1922, y conforme se publicó:
“gozaba de grandes afectos por desempeñar los cargos de concejal y teniente de alcalde distinguiéndose por su honradez y generosidad.
En San Antonio Abad era muy querido pues socorrió con generosidad en epidemias y su farmacia estuvo siempre abierta a los necesitados” (74).
9.5. Gonzalo Robles Fernández (1856-1913). Secretario
Natural de Granada. Estudió la Licenciatura de Farmacia en la Facultad de Granada y comenzó los estudios de doctorado en la Facultad de Farmacia de Madrid en 1884 (75).
Prácticamente toda su carrera profesional la desempeñó en Cartagena como Auxiliar facultativo del Laboratorio Municipal desde su nombramiento el 1 de enero de 1888 hasta su fallecimiento en 1913 (76), aunque la Guía de Cartagena de 1902 de Estrada Maureso lo incluye como titular de la farmacia de la calle Mayor, 14, por lo que quizás ejerció algún tiempo como regente (77). En 1900, al nombrar la junta interina para constituir el Colegio de Farmacéuticos de Cartagena y La Unión, Robles actuó como secretario y después fue elegido secretario del Colegio, siendo reelegido en junio de 1903, continuando como tal hasta que fue disuelto el 30 de mayo de 1904.
En el Laboratorio Municipal, donde se realizaban los análisis de aguas y alimentos de consumo público, Robles realizó una gran labor como Facultativo auxiliar. Este laboratorio quedó integrado en el Servicio municipal de Higiene y Salubridad, que fue dirigido desde 1891 por el doctor Leopoldo Cándido y Alejandre (1859-1919). En él Robles también se encargó del Servicio de Fumigaciones (78) y fue uno de sus principales colaboradores, siendo nombrado por Cándido subdirector del Servicio Municipal de Higiene y Salubridad, por lo que también era miembro nato de la Junta Municipal de Sanidad. Fruto de la colaboración entre ambos fue el aparato denominado “Irrigador de Cándido y Robles”, destinado a la fumigación para desinfección de viviendas, locales, hospitales, etc., que fue premiado con medalla de plata en el Congreso Internacional de Higiene y Demografía de Madrid de 1898 (79).
En 1903, el director Cándido solicitó al Ayuntamiento la concesión de un mes de licencia a Robles, para realizar un viaje para visitar los laboratorios municipales de varias capitales españolas con el fin de aportar datos para la adquisición de aparatos (80). Visitó los laboratorios municipales de Alicante, Valencia, Barcelona, Zaragoza y Madrid y preparó una relación detallada del aparataje necesario para los análisis de sustancias alimentarias en el laboratorio municipal, cuyo importe ascendía a 6.098,20 pesetas y Leopoldo Cándido, la firmó y remitió con un oficio a la Alcaldía (81).
Por su preocupación para garantizar las condiciones de envío de muestras al laboratorio por la importancia de su correcta recogida y envío en los resultados, Robles inventó una “vasija especial para garantizar líquidos, evitando el fraude o mixtificación de los que contenga”, del cual consiguió la patente de invención por veinte años (82). En la Revista Popular de Higiene fue elogiado como “ingeniosísimo aparato destinado a evitar por completo las adulteraciones de los líquidos que contienen”, destacándose que “tratándose del amigo Robles, infatigable en el estudio y en el trabajo, el invento está sólidamente acreditado y debe ser llevado a la práctica ara acabar con las adulteraciones” (83). Oficialmente desde la Alcaldía de Cartagena se reconoció la importancia de su labor en el Laboratorio municipal, siendo elogiados “los escrupulosos análisis que se vienen practicando en el Laboratorio municipal bajo la dirección del competente químico D. Gonzalo Robles” (84).
Robles, en colaboración con José Sánchez Bolea, patentó el diseño de la etiqueta de marca para los productos farmacéuticos fabricados por ellos, en que se representaba un enfermo sentado en una silla apoyado en un bastón y sosteniendo una taza en su mano derecha, dispuesto a ingerir su contenido (85). Fue Contador de la Junta de la Asociación benéfica de la Cruz Roja, y para la Cruz Roja inventó una bolsa de curación, por la que el general Polavieja le felicitó calurosamente y ordenó que fuese reglamentaria en todas las ambulancias de España (86).
Demostró su capacidad para el trabajo y el estudio en la decena de artículos científicos que publicó, el primero en 1895 en La Unión de las Ciencias Médicas, “El suero antidiftérico, comprobaciones microscópicas”, y los nueve restantes en la Revista Popular de Higiene sobre temas de higiene y salubridad de interés para los facultativos y la población en general: “La higiene en la vía pública”, “¿Qué se debe hacer en las poblaciones con inmundicias?”, “La higiene en la casa” (1904); “La vacunación”, “Estadística”, “Los alcantarillados”, “Las aguas” (1905); “Los jabones” y “El vino” (1906).
Por su competencia y prestigio profesional además de vocal farmacéutico de la Junta Municipal de Sanidad (87), fue Farmacéutico titular de Cartagena y solicitó participar en la elección de compromisarios para elegir la Junta de Gobierno del Cuerpo de Titulares (43). Fue admitido como Socio correspondiente en la Academia de Higiene de Cataluña (88) y en la Sociedad Española de Higiene (89), y era inspector primero de los géneros medicinales de la Aduana de Cartagena. La Asamblea general de la Cruz Roja de Cartagena le concedió la Medalla de plata (90).
Gonzalo Robles falleció en Cartagena el 14 de octubre de 1913 y fue acompañado por un numeroso cortejo con todas las ambulancias de la Cruz Roja con sus jefes y oficiales, hasta el cementerio de Nuestra Señora de los Remedios (86). En enero del año siguiente el Ayuntamiento, por unanimidad, acordó socorrer a su viuda Dª Angustias García Lapido con el importe del sueldo de un mes de su esposo en seis mensualidades, y en junio de 1921 se le concedió una pensión (91).
10. REFERENCIAS
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- Valverde, Isidoro. “Boticas y reboticas”. En: Los cantonales. Cartagena. Athenas ediciones. 1971, pp. 82-83 (debemos advertir que el autor confunde a Fermín Germes, farmacéutico, con su sobrino Eduardo Romero Germes, entonces estudiante y ministro cantonal, pero todavía no farmacéutico, al referirse a él como “Romero Germes, el individuo de la Junta, tiene también cerrada su botica”).
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- Archivo Municipal de Cartagena. C:H. 01492-00001.
- Esa farmacia fue propiedad de Eduardo Picó y después de Simón Martí Pagán, y al morir éste pasó a su viuda que la mantuvo regentada por Eduardo Picó y después por Eduardo Romero. Posiblemente Robles estuvo como regente algún tiempo antes de que la viuda de Simón Martí la vendiera en abril de 1902 a Agustín Malo de Molina [Estrada Maureso, M y N (1902). Op. cit. 32, p. 245. “Notas cartageneras. La farmacia de Malo de Molina”. El Eco de Cartagena 1909; XLIX (14280): 2, de 9 de julio].
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- Sesión ordinaria del Ayuntamiento de Cartagena de 31 de enero de 1903. Boletín Oficial de la Provincia de Murcia, nº 63, p.3, de 14 de marzo de 1903. El importe del viaje fue pagado con cargo a imprevistos, conforme propuso la Comisión de Sanidad en la sesión del Ayuntamiento del 30 de mayo. Boletín Oficial de la Provincia de Murcia nº 147, p. 3 de 24 de junio de 1903.
- Relación de obras y material para el laboratorio municipal firmada por Leopoldo Cándido de fecha 14 de marzo de 1903. Oficio de 18 de marzo de 1903 remitido por el Director de los Servicios de Higiene y Salubridad de Cartagena al Alcalde. Archivo Municipal de Cartagena. C.H. 01492-00005.
- La patente fue solicitada en el Registro del Ministerio el 13 de septiembre de 1905 y le fue concedida el día 25. Boletín Oficial de la Propiedad industrial, 1905; XX (460): 1385, de 16 de octubre.
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- Ayuntamiento de Cartagena. Sesión ordinaria de 19 de enero. Boletín Oficial de la Provincia de Murcia, nº 23, de 27 de enero de 1914, p. 4;. Sesión ordinaria de 17 de junio de 1921. Boletín Oficial de la Provincia de Murcia nº 83, 7 de abril de 1922, p. 3.