Page 63 - DICHOS, REFRANES Y GENÉTICA
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El ser humano es el resultado de la doble herencia biológica y cultural recibida; por
ello, nos guste o no, ese binomio hereditario determinará la condición humana en los
siglos venideros. Ciertamente que el último logro de la evolución biológica -la capacidad
de autorreflexión del homínido- dio lugar al comienzo de una revolución biológica: la
evolución de la Humanidad como resultante de la evolución biológica y la evolución
cultural.
Tratando de la evolución humana, se puede decir que, en palabras del
neurocientífico Antonio Damaso, “el cerebro creó al hombre” y que, lo mismo que “no
hay música sin instrumento”, la aparición del ser humano en el proceso evolutivo dio
sentido a la existencia de Dios, tal como he dicho en un lugar anterior. El desarrollo del
cerebro humano le dio las tres singularidades que le caracterizan y diferencian de cualquier
otra especie animal: ser sujeto culto, sujeto ético y sujeto religioso.
¿Por qué es la especie humana la única que ha sido capaz de crear la cultura? o,
dicho en otras palabras, ¿en qué momento de la evolución nació la cultura? La
contestación es muy sencilla: en el mismo momento en que un homínido fue capaz de
utilizar por vez primera el lenguaje simbólico, entendiendo por símbolo cualquier objeto
o acto cuya significación no es evidente por sí misma sino más bien socialmente
reconocida. En el caso de la cultura -como en los de la ética y la religión- el ser humano
no nace sabiendo, sino que está genéticamente capacitado para aprender; es decir, para ser
sujeto culto.
La evolución de la humanidad se puso en marcha en el momento en que el primer
homínido tuvo la suficiente capacidad intelectual como para usar símbolos como medio de
expresión de sus ideas. Cuando se compara la lentitud del componente cultural de la
humanidad primitiva que duró cientos de miles o millones de años con la velocidad
vertiginosa del proceso cultural de lo que Julián Marías llama “humanidad histórica” (que
corresponde, a lo sumo, a los últimos diez mil años), se pone bien de manifiesto cómo el
lenguaje simbólico ha sido el motor de aceleración del proceso. Por otro lado, la Era de la
Informática que estamos viviendo augura una todavía inmensamente mayor aceleración
del proceso cultural de impredecibles consecuencias.
Por todo ello, cuando se pretende estudiar la base o componente biológico del
comportamiento social humano la cuestión no parece fácil al considerar que -como dice
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