Page 53 - DICHOS, REFRANES Y GENÉTICA
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culto (utilización del lenguaje simbólico: “nadie nace enseñado”, pero está capacitado
para aprender), sujeto religioso (abierto a la trascendencia porque está genéticamente
capacitado para plantearse el sentido de la vida: de dónde venimos, a dónde vamos) y
sujeto ético (genéticamente capacitado para anticipar acontecimientos, valorar y distinguir
el bien del mal y optar libremente por un patrón de conducta). En mi opinión, una posible
interpretación del significado bíblico del pecado original es, precisamente, esa capacidad
genética del hombre de ser sujeto ético. El libro del Génesis relata la prohibición divina:
“... del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás” (Gn 2,16) y por eso la serpiente
tentó a Eva diciéndole: “...seréis como dioses, conocedores del bien y del mal” (Gn 3,5).
Ciertamente, hay una base genética para el comportamiento ético (ética individual,
ética familiar), aunque muchas veces en la especie humana no se manifieste: “Un lobo a
otro no se muerden ; un hombre a otro, mil veces” porque “el hombre es lobo para los
demás hombres” (“Homo homini lupus”, Plauto en “Asinaria” ; Hobbes en “De homine”)
y no se comportan como “lobos de la misma camada”. Quizá por eso se dice que “la peor
cuña es la de la misma madera” (o que “no hay peor astilla que la de la misma madera”).
En cualquier caso habría que tener siempre presente que “lo que no quieras para ti, no lo
quieras para los demás” (o “no quieras para los demás, lo que no quieras para ti”).
El comportamiento instintivo de los animales también está recogido en refranes
como:
? “La cabra siempre tira al monte”
? “Ovejas bobas, por do va una, van todas”
que también tienen su aplicación al comportamiento humano cuando se dice de una
persona metódica que “es un animal de costumbres” o “sois como borregos” cuando falta
personalidad y uno hace lo que hacen los demás : “¿dónde va Vicente?, donde va la
gente”.
En un contexto de la Genética del Comportamiento cabe también hacer referencia a
las mutaciones que afectan a los órganos de los sentidos porque, por ejemplo, cuando se
dice que “a nadie le amarga un dulce” no se tiene en cuenta que pueden producirse
mutaciones que alteren los órganos receptores (modificando la percepción) o los efectores
(cambiando la respuesta). Por ejemplo, existe una mutación que produce la insensibilidad
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