Page 24 - DICHOS, REFRANES Y GENÉTICA
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así como cuando al tirar de una cereza se vacía el cesto porque, como dicen los refranes,
“son sociables las cerezas, y por no separarse, se entrepiernan” o “las palabras, como las
cerezas, unas con otras se enredan” o “cerezas y males traen detrás otros tales” o
“cerezas y mentiras, unas de otras tiran” o “las cerezas, tiras de una y se vienen
cincuenta”, lo mismo que “de una mentira nacen cientos”. En definitiva, se cumple el
proverbio oriental que dice que “todo largo camino empieza por el primer paso” o sus
equivalentes “todo camino de mil leguas empieza con un paso” y “un viaje de mil
kilómetros comienza con un solo paso” (Lao Tsé) o la máxima pitagórica “el principio es
la mitad del todo” o su equivalente “principio bueno, la mitad es hecho”. Todos los
refranes anteriormente citados nos recuerdan a ese otro que dice que “lo que no se
empieza, no se acaba” o bien “obra empezada, medio acabada” porque lo importante es
empezar.

       Las primeras etapas del proceso de desarrollo son importantes porque cualquier
anomalía puede tener muy graves consecuencias puesto que “a mal principio, no hay buen
fin” porque “si al principio se yerra, no puede seguirse fin bueno” ya que “el primer
yerro al principio se hace grande al fin”.

       En el desarrollo es fundamental la interacción génica. En este sentido, a los genes se
les puede aplicar aquello de que “un grano no hace granero, pero ayuda al compañero”.
La complejidad de los fenómenos de interacción génica y la influencia ambiental en el
desarrollo nos llevan a decir que “se sabe cómo empieza, pero no cómo acaba”. La
importancia de las primeras fases del desarrollo embrionario es crucial porque “lo que
bien empieza, bien acaba” y, en definitiva, siempre “está bien lo que bien acaba”.

       El proceso de desarrollo es un hecho imparable una vez iniciado que, en cierto
modo, recuerda aquello de que “puedes cortar la flor, pero no impedir el estallido de la
primavera” o “aunque cortes todas las rosas, no podrás impedir que llegue la
primavera”.

        En el contexto del concepto genético de vida podrían recordarse las palabras de
Kahlil Gibran en “El Profeta” cuando dice: “vinisteis a este mundo a través de nosotros,
pero no de nosotros...”; es decir, cada uno de nuestros hijos es esencialmente el resultado
de la suma de los genomas aportados por los gametos que los originaron. Y dice también:
“tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma. No vienen de

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