Page 22 - DICHOS, REFRANES Y GENÉTICA
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¿Cuándo empieza la vida de un nuevo ser? cuando de dos realidades distintas -los
gametos- se forma un tertium, una realidad nueva, el cigoto: equivalente a “una gota de
vida que se escapó de la nada” que escribiera Oriana Fallaci en su obra “Carta a un hijo
que no llegó a nacer”. Desde el punto de vista genético, la vida comienza cuando se
expresa en dicho cigoto la primera información genética, ya sea citoplásmica de origen
materno o nuclear. A partir de ese momento se comienza a gestar la vida y se empieza a
morir. Por eso dicen los refranes algo pesimistas que “cuando empezaste a vivir,
empezaste a morir”, “el empezar es el comienzo del acabar” o, como decía Gautier en su
obra “El reloj”, “nacer es únicamente comenzar a morir”. Aquí podríamos recordar las
“Coplas” de Jorge Manrique:

                                    “Partimos cuando nacemos,
                                     andamos mientras vivimos,

                                               y llegamos
                                      al tiempo que fenecemos;
                                       así que cuando morimos

                                            descansamos”.

       En Biología, tanto a nivel molecular como celular o individual, todos los procesos
son graduales, siendo imposible distinguir con exactitud “el antes y el después”. Es tan
difícil de precisar como decir cuándo termina el día y empieza la noche o, recíprocamente,
cuándo termina la noche y empieza el día. Esta consideración tiene su importancia en el
desarrollo humano al plantear, desde un punto de vista bioético, cuándo se puede hablar de
ser humano o de individuo humano.

       El Dogma Central de la Biología Molecular propuesto por Crick dice que la
información genética contenida en el ADN es transcrita al ARN mensajero y traducida a
proteínas. En un principio se estableció la hipótesis “un gen - una enzima” que llevó a la
relación un gen–una proteína. Sin embargo, posteriormente se demostró que un gen podía
codificar para más de una proteína; es decir, se puede “matar dos pájaros de un tiro” o,
como a veces se anuncia en los comercios, se dan “dos por uno”.

       La regulación génica es fundamental en el proceso de desarrollo: los genes deben
expresarse en el momento adecuado; así, los genes estructurales se expresan, dando lugar
a la síntesis de proteínas, solamente cuando se lo ordenan los genes reguladores porque
“donde hay patrón, no manda marinero”. Los genes estructurales deben expresarse en su

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