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Envejecimiento
cerebral
normal
y
patológico
…
decir,
no
padecían
demencia
cuya
característica,
según
la
OMS
(25),
es
“la
pérdida
de
múltiples
–todas--
funciones
cognoscitivas
como
son
la
memoria--s--,
el
pensamiento
abstracto,
el
juicio,
…”).
Sólo
en
algunos
casos
se
apreciaban
ligeros
deteriores
en
memoria,
lenguaje,
cálculo,
etc.
Por
el
contrario,
existen
individuos
seniles
que
manifiestan
un
grado
variable
de
demencia
(de
leve
a
grave),
con
alteraciones
importantes
de
todas
las
funciones
cognoscitivas,
aunque
no
todos
los
deterioros
cognoscitivos
se
hayan
iniciado
simultáneamente
ni
su
progresión
curse
en
paralelo.
El
estudio
del
cerebro
de
estos
individuos
muestra
que,
además
de
las
alteraciones
antes
mencionadas
del
cerebro
senil
“normal”,
aparecen
lesiones
o
cambios
aberrantes
en
las
neuronas
y
en
las
células
gliales.
No
sólo
se
trata
de
una
“exageración”
del
deterioro
que
consideramos
normal
sino
que
nos
encontramos
en
presencia
de
nuevos
elementos
que
consideramos
patológicos
(neuropatológicos)
dentro
y
fuera
de
las
células
(“ovillos
neurofibrilares”
y
“placas
amiloides”,
en
especial).
Hablamos
entonces
que
ha
existido
una
neurodegeneración
o
involución
neurodegenerativa
que
se
manifiesta
clínicamente
en
vida
con
demencia.
Se
trata
de
un
“envejecimiento
senil
patológico”
por
contraposición
al
anteriormente
reseñado,
el
“envejecimiento
senil
normal
o
fisiológico”.
Alois
Alzheimer,
en
1906--7
(26),
fue
el
primero
en
describir
en
el
cerebro
de
una
mujer
que
había
padecido
demencia,
una
serie
de
alteraciones
neuropatológicas
(luego
denominados
ovillos
y
placas)
que
aunque
inicialmente
consideró
como
signos
de
senilidad
precoz,
luego
describió
como
signos
de
una
enfermedad
nueva
o
senilidad
patológica
frente
la
senilidad
“normal
de
la
mayoría
de
los
individuos”.
Esto
fue
así
confirmado
por
Kraepellin
en
1910
(27)
y
posteriormente
avalado
por
la
investigación
científica
básica
y
clínica.
A
lo
largo
de
los
años
han
ido
evolucionando
muchos
de
los
conceptos
sobre
la
Enfermedad
de
Alzheimer,
pero
esta
idea
de
que
se
trata
de
un
envejecimiento
cerebral
patológico,
permanece
inalterable.
De
la
imposibilidad
de
estudiar
en
profundidad
y
con
los
mismos
métodos
el
cerebro
de
los
humanos
vivos
y
el
de
los
ya
fallecidos,
tanto
de
individuos
con
senilidad
normal
como
patológica
(individuos
que
habían
padecido
demencia),
surge
el
concepto
clásico
dual
de
la
enfermedad,
clínico
en
vida
y
neuropatológico
post--mortem.
Estos
conceptos
“clásicos”
(de
la
época
de
Alzheimer)
se
mantienen
durante
muchos
años
y
son
la
base
de
las
descripciones
“modernas”
de
la
enfermedad
tales
como
se
recogen
en
la
CIE--10
de
la
OMS
(1960)
(25)
y
en
el
manual
de
Diagnóstico
Estadístico
(DMS--III,
DMS--IV
y
DMS--V)
de
la
Academia
de
Patología
Americana
(1960,
1970
y
2014)
(28,
29),
donde
se
marcan
pautas
para
el
diagnóstico.
Diversos
estudios
de
consenso
establecen
protocolos
de
diagnóstico,
tanto
pruebas
neuropsicológicas
desarrolladas
exprofeso
para
caracterizar
con
mayor
precisión
la
demencia
en
la
clínica,
como
estudios
anatomopatológicos
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