Page 60 - 80_02
P. 60
Perfiles
de
pacientes
diabéticos…
También
hemos
observado
en
el
País
Vasco
un
mayor
número
de
RAs
de
hipoglucemia,
a
la
vez
que
una
mayoría
de
RAs
producidas
por
sulfonilureas,
pero
no
estrictamente
por
glibenclamida.
Esto
último
coincide
con
los
datos
de
descenso
de
uso
de
este
principio
activo
a
lo
largo
del
periodo,
presentes
tanto
en
nuestro
estudio
como
en
otros
consultados
(54).
Aun
así
estimamos
que
glibenclamida
podría
seguir
siendo
responsable
de
estas
hipoglucemias
ya
que
el
resto
de
sulfonilureas
de
primera
generación
como
clorpropamida
o
tolbutamida,
también
tendentes
a
producir
estos
episodios,
presentan
un
uso
residual.
Respecto
a
glimepirida
--incluida
en
1997--,
sólo
parece
adoptarse
la
evidencia
de
su
uso
preferente
en
ancianos
frente
al
uso
de
glibenclamida
por
menor
riesgo
de
hipoglucemia
--conocida
desde
2001
(52)--
tras
las
recomendaciones
del
NICE
de
2002
(55).
Aun
así,
según
recogen
algunos
estudios,
en
guías
españolas
posteriores
aún
se
recomienda
el
uso
de
glibenclamida
como
fármaco
de
primera
elección
en
pacientes
con
normopeso
con
glucemia
no
controlada
por
medidas
no
farmacológicas
(56).
En
nuestros
resultados
no
se
recoge
ningún
caso
de
RA
con
gliclazida
como
fármaco
sospechoso
cuando
su
uso
medio
ha
sido
de
un
9%
del
total
de
AHOs.
Este
hecho
viene
apoyado
por
los
resultados
del
estudio
ADVANCE
que
revelan
que
el
uso
de
gliclazida
de
liberación
retardada
es
la
opción
más
segura
dentro
del
tratamiento
con
sulfonilureas
(57,
58).
Rosiglitazona
y
anemia.
Aunque
la
aparición
de
anemia
suele
ir
más
asociada
al
uso
combinado
de
rosiglitazona
y
metformina,
en
nuestro
estudio
observamos
una
frecuencia
elevada
de
casos
en
monoterapia
con
rosiglitazona
que
presentan
anemia.
De
hecho,
el
58%
de
los
casos
en
los
que
se
presenta
dicha
relación
rosiglitazona--anemia
se
producen
en
monoterapia
(12
casos).
Esta
RA
hematológica
se
considera
frecuente
(1,9%),
con
disminución
del
hematocrito
alrededor
de
un
3,3%
y
descensos
de
hemoglobina
de
1
g/dL.
Su
aparición
se
produce
en
los
tres
primeros
meses
de
tratamiento
o
al
aumentar
la
dosis
de
rosiglitazona.
Se
suele
asociar
a
hemodilución
(26)
y
no
suele
reportar
gravedad
ni
consecuencias
clínicas
(59).
Existen
estudios
en
los
que
también
se
ha
asociado
el
tratamiento
con
rosiglitazona
con
una
reducción
de
los
niveles
de
hemoglobina
dosis--dependiente
(60).
En
otros
estudios
se
recalca
la
asociación
entre
la
anemia
y
el
aumento
del
riesgo
de
complicaciones
diabéticas
--incluyendo
nefropatía,
retinopatía,
neuropatía
y
enfermedad
macrovascular--;
por
lo
que
consideran
que
esta
RA
puede
ser
significativa
en
la
determinación
de
la
evolución
tras
un
fallo
cardiaco
y
del
daño
orgánico
inducido
por
hipoxia
en
casos
de
diabetes.
El
fallo
renal
en
la
síntesis
de
eritropoyetina
parece
un
factor
fundamental
en
su
aparición
(61).
297