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Jorge
Enrique
Machado--Alba
genes
que
producen
síndromes
autoinflamatorios
inducidos
por
frio.
La
criopirina,
una
proteína
codificada
por
este
gen,
regula
la
activación
de
IL--1ß
y
su
deficiencia
resulta
en
excesiva
inflamación.
El
canakinumab
reduce
la
inflamación
por
unión
a
IL--1ß
lo
que
previene
su
interacción
con
los
receptores
de
superficie
celular
(7,33).
Se
administra
por
vía
subcutánea,
con
una
biodisponibilidad
del
70%
y
una
t1/2
de
26
días.
Como
reacciones
adversas
se
ha
asociado
con
vértigo,
gastroenteritis,
ganancia
de
peso,
dolor
músculo
esquelético,
rinitis
y
reacciones
en
el
sitio
de
aplicación.
No
debe
emplearse
en
pacientes
inmunosuprimidos,
ni
mientras
tengan
infecciones
latentes
o
activas.
Se
emplea
en
el
tratamiento
de
síndromes
periódicos
asociados
a
criopirina,
incluyendo
síndrome
familiar
autoinflamatorio
por
frio
y
el
síndrome
de
Muckle--Wells
(7,33).
Daclizumab
Es
un
anticuerpo
monoclonal
humanizado
del
tipo
IgG1
que
bloquea
la
subunidad
CD25
del
receptor
de
IL--2,
con
lo
cual
modifica
la
proliferación
y
activación
de
células
T,
lo
que
eleva
el
número
de
linfocitos
NK.
Estos
cambios
se
han
asociado
en
pacientes
con
esclerosis
múltiple
con
reducción
de
las
lesiones
cerebrales
y
de
la
inflamación
y
una
reducción
en
la
sobrevida
de
los
linfocitos
T
activados.
Además
de
la
esclerosis
múltiple
se
está
utilizando
combinado
con
prednisolona,
ciclosporina
y
micofenolato
de
mofetilo
para
reducir
la
incidencia
de
rechazo
agudo
en
receptores
de
trasplante
renal
(34,35).
1.5.
Anticuerpos
monoclonales
inhibidores
de
la
angiogénesis
Desde
1971
surgió
la
hipótesis
de
que
la
inducción
de
la
formación
de
nuevos
vasos
era
una
propiedad
de
los
cánceres,
condición
que
ya
ha
sido
demostrada
y
es
la
base
para
la
comprensión
y
tratamiento
de
muchas
neoplasias.
Las
células
cancerosas
secretan
factores
angiógenos
que
llevan
a
la
formación
de
nuevos
vasos
sanguíneos
y
garantizan
el
flujo
de
los
nutrientes
a
las
células
neoplásicas.
Los
factores
angiógenos
reconocidos
son
el
factor
de
crecimiento
del
endotelio
vascular
(VEGF),
el
factor
de
crecimiento
de
fibroblastos
(FGF),
el
factor
transformador
del
crecimiento
ß
(TGF
ß)
y
el
factor
de
crecimiento
derivado
de
plaquetas
(PDGF),
que
son
expresados
por
varios
tipos
de
tumores,
ya
que
su
secreción
es
esencial
para
el
crecimiento
del
cáncer
y
las
metástasis.
El
antagonismo
de
estas
moléculas
proangiógenas
detiene
el
crecimiento
tumoral
(1).
En
2009,
Jain
y
colaboradores
propuso
un
mecanismo
que
también
mejoraba
la
respuesta
al
tratamiento.
Sus
observaciones
concluyeron
que
en
los
tumores
existen
fugas
capilares
que
elevan
la
permeabilidad
y
la
presión
intersticial,
lo
cual
inhibe
el
flujo
sanguíneo,
reduce
la
oxigenación
y
evita
el
suministro
de
fármacos
al
tejido
tumoral.
Los
anticuerpos
dirigidos
contra
el
VEGF
disminuyen
la
presión
intersticial
y
mejoran
la
oxigenación
y
el
flujo
de
sangre
en
el
tumor,
por
lo
que
incrementan
la
capacidad
de
los
quimioterápicos
para
llegar
a
la
neoplasia
(36).
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