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Sesión
científica
Premios
Nobel
2012
sustancias
químicas
relacionadas,
introdujo
el
concepto
de
la
existencia
de
subtipos
de
receptores
adrenérgicos
(11):
unos
cuyo
efecto
principal
es
la
contracción
de
células
de
músculo
liso
vascular
(receptores
alfa--adrenérgicos)
y
otros
que
estimulan
la
contracción
cardiaca
(beta--adrenérgicos).
Posteriormente,
científicos
como
James
Black
(Premio
Nobel
de
Fisiología
o
Medicina
en
el
año
1988)
desarrollaron
sustancias
capaces
de
interferir
con
la
acción
de
la
adrenalina
y
la
noradrenalina
en
el
corazón,
los
denominados
fármacos
beta--bloqueantes,
que
tuvieron
una
extraordinaria
repercusión
en
el
tratamiento
de
la
enfermedad
coronaria
y
la
hipertensión.
A
pesar
de
estos
importantes
progresos,
a
principios
de
los
años
1960
existía
todavía
un
conocimiento
muy
escaso
de
las
características
moleculares
de
los
receptores
y
de
los
mecanismos
de
transmisión
de
la
señal.
En
esta
década
se
produjo
un
avance
conceptual
crítico,
la
teoría
del
segundo
mensajero
(12)
sugerida
por
Earl
Sutherland
(que
obtuvo
el
Premio
Nobel
en
el
año
1971).
Sutherland
había
trabajado
con
el
nobel
Carl
Cori
estudiando
los
mecanismos
por
los
que
la
adrenalina
regula
la
degradación
de
glucógeno
a
glucosa
en
el
hígado.
Más
adelante
descubrió
que
para
promover
este
efecto
la
adrenalina
no
entra
en
la
célula
sino
que
estimulaba
la
síntesis
en
el
otro
lado
de
la
membrana
de
AMP
cíclico
(AMPc),
tras
la
activación
de
una
enzima
adenilil
ciclasa.
El
AMPc
actúa
entonces
como
“segundo
mensajero”
transmitiendo
la
señal
a
proteínas
intracelulares
mediante
la
activación
de
una
proteína
quinasa
dependiente
de
este
nucleótido
cíclico,
identificada
por
Edwin
Krebs
(13).
En
el
marco
de
la
teoría
de
la
regulación
alostérica
que
habían
propuesto
en
el
año
1963
Monod,
Changeux
y
Jacob,
una
hipótesis
muy
atractiva
era
que
la
adenilil--ciclasa
fuese
una
enzima
alostérica
de
membrana
con
dos
sitios
diferentes,
uno
receptor
en
el
exterior
y
otro
catalítico
en
el
interior
de
la
célula.
Sin
embargo,
los
científicos
estadunidenses
Martin
Rodbell
y
Alfred
Gilman
demostraron
en
la
década
de
los
70
y
principios
de
los
80
del
siglo
pasado
que
la
realidad
era
más
compleja,
y
que
la
actividad
adenilil--ciclasa
requería
la
presencia
e
hidrólisis
de
GTP,
y
que
existían
unas
proteínas
transductoras,
denominadas
proteínas
G,
que
actuaban
como
intermediarios
entre
el
reconocimiento
de
la
adrenalina
por
su
receptor
y
la
estimulación
de
la
actividad
adenilil--ciclasa
(14,
15).
Estos
científicos
compartieron
el
Premio
Nobel
de
Fisiología
o
Medicina
en
el
año
1994.
En
este
contexto
es
en
el
que
el
trabajo
de
Robert
Lefkowitz
dio
un
impulso
decisivo
al
entendimiento
de
la
naturaleza
y
mecanismo
de
acción
de
los
receptores
de
adrenalina.
Lefkowitz,
nacido
en
el
año
1943
en
el
barrio
de
Bronx
en
Nueva
York,
se
había
formado
como
cardiólogo
en
la
Universidad
de
Columbia
y
había
realizado,
tras
un
periodo
de
actividad
clínica,
una
estancia
postdoctoral
en
los
Institutos
Nacionales
de
la
Salud
con
J.
Roth
e
I.
Pastan,
trabajando
en
la
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