Page 38 - 78_03
P. 38
ENFERMEDAD
DE
CHAGAS…..
proceso
inflamatorio
difuso
o
local
asociado
a
los
“nidos
de
amastigotes”
tisulares,
y
a
la
miocitolisis
inducida
por
el
parásito.
La
fase
indeterminada
viene
definida
por
(a)
detección
de
Ig
G
específicas
y/o
hallazgo
del
parásito,
(b)
ausencia
de
signos
y
síntomas
de
Chagas,
(c)
ausencia
de
anomalías
del
electrocardiograma,
y
(d)
tamaño
normal
de
corazón,
esófago
y
colon
por
rayos
X;
si
bien
es
cierto
que
el
avance
en
las
técnicas
de
diagnóstico
ha
permitido
detectar
anomalías
y
lesiones
que
antes
pasaban
desapercibidas.
Así,
en
un
estudio
sobre
505
casos
en
fase
indeterminada,
el
13,8%
presentaban
lesiones
en
los
segmentos
cardiacos
en
ecografías
bidimensionales
(2).
El
doppler
ecocar--
diográfico
sobre
tejidos
en
pacientes
con
ecocardiografía
normal
demostró
asimismo
alteraciones
en
la
contractilidad
(tabique
intraventricular),
y
disfunción
izquierda
ventricular.
Por
técnicas
de
resonancia
magnética
se
han
detectado
áreas
de
fibrosis
cardiaca
en
un
20%
de
los
pacientes
(3).
Y
se
sabe
que
la
extensión
de
la
fibrosis
en
pacientes
sintomáticos
se
relaciona
con
la
severidad
de
las
lesiones
cardiacas.
Los
casos
de
muerte
súbita
se
han
relacionado
con
esta
fase
de
la
enfermedad
(4).
En
dos
tercios
de
los
pacientes
en
fase
indeterminada,
la
enfermedad
no
progresa,
aunque
se
pueden
presentar
lesiones
inflamatorias
de
carácter
leve
en
el
corazón
y
tracto
digestivo.
Del
resto,
2/3
desarrollan
alguna
forma
cardiaca
y
1/3
terminan
con
una
patología
gastrointestinal
(5).
La
enfermedad
crónica
se
caracteriza
por
una
reacción
inflamatoria
fibrótica
que
daña
el
músculo
cardiaco
y
la
red
de
conducción
y
el
sistema
nervioso
entérico.
La
fibrosis
cardiaca
progresa
localizándose
generalmente
en
la
región
posteroinferior
y
apical
del
ventrículo
izquierdo,
el
nódulo
sinusal,
y
el
sistema
de
conducción
por
debajo
del
haz
de
His.
De
acuerdo
con
Gascón
et
al.
(6),
es
una
cardiopatía
dilatada
con
tendencia
a
formar
aneurismas,
sobre
todo
apicales,
con
gran
potencial
arritmo--génico,
siendo
frecuentes
las
arritmias
ventriculares,
mu--
chas
veces
asociadas
a
bradiarritmias
(de
origen
sinusal
y/o
auriculoventricular).
Conlleva
una
elevada
frecuencia
de
fenómenos
tromboembólicos,
y
puede
presentarse
como
dolor
precordial,
generalmente
atípico,
aunque
eventualmente
puede
simular
una
cardiopatía
isquémica.
En
los
casos
de
desenlace
fatal,
éste
ocurre
en
los
5
años
después
de
los
primeros
signos
de
fallo
cardiaco.
El
peso
del
corazón
puede
aumentar
hasta
los
600
g.
Aunque
estudios
clínicos
del
año
2000
detectaron
una
baja
incidencia
de
accidentes
cerebro--vasculares
en
pacientes
crónicos
(7),
en
estudios
más
recientes
se
afirma
que
esos
accidentes
son
más
comunes
en
la
cardiopatía
por
Chagas
que
en
otras
etiologías
(8),
y
se
señala
como
uno
de
los
primeros
signos
de
diagnóstico
de
enfermedad
de
Chagas
en
pacientes
asintomáticos
(9).
301