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VOL. 75 (3), 419-466, 2009 DIFERENCIACIÓN SEXUAL: EL FACTOR DE JOST
viamente, y el primer éxito no fue obtenido hasta duros meses de tra-
bajo, año y medio después. Costó tan largo tiempo no solamente porque
en aquel momento era difícil encontrar suficientes conejos para inves-
tigar, sino también, porque yo tenía poca experiencia en cirugía refina-
da. Fue encontrado que cualquiera que fuera el sexo genético de los fe-
tos, el tracto genital se convierte en femenino en la ausencia de gónadas.
El testículo fetal es el diferenciador sexual: impone masculinidad contra
un programa inherente del cuerpo. Los testículos producen un factor el
cual inhibe los conductos müllerian femeninos y los andrógenos que
masculinizan el tracto genital. El esquema, el cual explicaba las anor-
malidades sexuales humanas, fue primero publicado en 1950 (Jost,
1950) (36) y más tarde enriquecido por importantes descubrimientos
hechos por otros, pero las bases del concepto expuesto permanecen».
La condición «freemartin», encontrada en el ganado, y aludida por
Jost anteriormente, fue reportada y descrita por Lillie ya en 1916 (38),
en los terneros. Un freemartin es el producto masculinizado del ge-
melo femenino en una pareja heterosexual de gemelos, los cuales com-
parten una placenta por anastomosis placental. El gemelo hembra
está masculinizado en conducta y tiene ovarios no funcionales y por
tanto es infértil. Este fenómeno fue clasificado durante tiempo como
un ejemplo de quimerismo inmunológico y ha sido biológicamente
importante para la comprensión de los procesos reproductivos. La
hembra de este par de gemelos muestra regresión de los conductos
müllerian, está masculinizada externamente y, por supuesto, es infér-
til. Hoy sabemos que, presumiblemente, ello es debido a los factores
solubles producidos por los testículos fetales del gemelo macho que
a través de su placenta anastomosada pasan al gemelo femenino. Y
ahora conocemos que estos factores son la MIS y la testosterona.
En sus experimentos Jost usó fragmentos de testículos embriona-
rios que implantó en embriones femeninos de conejo, antes del tiem-
po de diferenciación sexual de dichos embriones femeninos, y encon-
tró, como en el ternero freemartin, que estos embriones femeninos
estaban masculinizados externamente y, por ello, mostraban estimu-
lación en el canal de Wolff para la diferenciación masculina y tam-
bién, a la vez, regresión en los conductos müllerian. Pero cuando él
reemplazó los testículos por pellets de testosterona encontró que el
embrión femenino se masculinizaba, aunque no presentaba regresión
de los conductos müllerian. Fueron estos experimentos los que le in-
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