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ENRIQUE ALCARAZ VARÓ  AN. R. ACAD. NAC. FARM.

formática; meningitis (inflamación de las meninges) en medicina; hi-
poteca (derecho real que grava bienes inmuebles) en economía, etc.
Estos términos son monosémicos, lo cual no significa que no se pue-
dan integrar en el tronco común por extensión del significado, como
cuando decimos «Has hipotecado tu vida al casarte con Juan».

    Lo mismo le ocurre a una palabra muy técnica de la farmacia,
cual es «dosis» (dose en inglés), que según el DRAE es la «toma de
medicina que se da al enfermo cada vez», y que el Oxford English
Dictionary define como a definite quantity of a medicine or drug given
or prescribed to be given at one time. Luego, ambos diccionarios dan
significados figurados o transferidos del significado inicial, como
por ejemplo, «dosis de paciencia», etc. Como podemos imaginar, la
lista de palabras técnicas que han pasado al tronco común con un
sentido figurado es muy larga.

    El número de palabras técnicas de farmacia es muy amplio en
ambas lenguas: analgesics, anaesthetics, antiallergic, antibiotics, anti-
depressant, antihypertensive, antihistaminics, anti-inflammatory, antis-
pasmodics, anxiolytic, tranquilizer, diuretics, hypnotics, sedatives, etc.

    El grueso de este grupo está formado principalmente, aunque no
en exclusiva, por la nomenclatura farmacológica, esto es, los nombres
de fármacos y medicamentos, los cuales, en principio, no deberían
plantear ningún problema al traductor porque existen las Denomina-
ciones Comunes Internacionales, o DCI, de la OMS, que en inglés se
llama International Non-proprietary Names, INN, y afortunadamente
las denominaciones oficiales españolas, o DOE, son idénticas a las
recomendadas por la OMS. Pero, desgraciadamente, como ha demos-
trado Fernando Navarro (8), la cosa se complica porque no todas las
denominaciones oficiales británicas (British Approved names, BAN o
British Pharmacopoeia, BP) o las norteamericanas (United States Adop-
ted Names, USAN) coinciden con las denominaciones comunes inter-
nacionales en lengua inglesa; en su lugar emplean denominaciones
oficiales locales. ¿Qué hay que hacer? Hay que intentar incluirlas por-
que todos sabemos que una gran parte de la investigación procede de
los Estados Unidos y del Reino Unido, y desearíamos que el usuario
del diccionario que he citado al comienzo del artículo pudiera encon-
trar la denominación IIN para las procedentes de los repertorios loca-
les de los países de habla inglesa.

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