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MANUEL DOMÍNGUEZ CARMONA  AN. R. ACAD. NAC. FARM.

MECANISMO DE ACCIÓN DE LA TOXINA BOTULÍNICA

    La toxina libre, ingerida con los alimentos, se destruye parcial-
mente por la masticación. La toxina incluida en los agregados está
protegida del pH ácido y de la pepsina. En el intestino la tripsina
libera y activa a la neurotoxina, acción necesaria para la toxicidad
de las toxinas E y G, sin que modifique la toxicidad de la toxina D.
Colaboran, en menor grado a la activación, otras enzimas digestivas
y las proteasas segregadas por el Cl. sporogenes y por los propios Cl.
botulinum proteolíticos (los A y algunos B y F). Prévot y cols. (1966)
en una epidemia por el tipo D en el Tchad, en 1959 encontraron que
el C. botulinum estaba asociado al Bacillus licheniformis, cuya pro-
teasa aumentaba la toxicidad (aunque no la causaba la adición). La
reiteración de las tomas de toxina aumentan los efectos; es posible
que se trate del fenómeno de facilitación observado en el tétanos.

    La toxina libre dispersada en el aire en forma de aerosoles está
muy expuesta a su degradación y si lo está en complejos, la toxina
no se activa por los enzimas digestivos.

    La toxina no se une a extractos de cerebro como obtuvo Wasser-
mann Takaki en el tétanos, pero si se fija en los sinaptosomas (Ha-
bermann, 1974) que son terminales nerviosos, obtenibles experimen-
talmente del cerebro de ratón que conservan gran parte de la
estructura de la presinapsis, entre ellas las vesículas; es decir nece-
sita para fijarse no solo componentes bioquímicos sino además es-
tructuras. La afinidad para los sinaptosomas no es muy grande pero
permite estudiar la fijación de la toxina; Schlavo y cols. (1983, 1989)
usaron pequeñas vesículas muy purificadas obtenidas de cerebro de
rata. Para el efecto tóxico se requiere la holotoxina (al igual que en
la tetánica TaTx) lo que no hacen las cadenas H y L separadas).

    El anclaje se efectúa por el dominio, esférico del extremo car-
boxilo terminal de la cadena H de las holotoxinas, botulínica (al
igual que pasa con las toxinas diftérica y tetánica) a los receptores
que son un complejo de una proteína de unos 200.000 daltones,
encontrada en 1996 por Middlebrook y col., expresadas en la mem-
brana de células de feocromocitoma de rata diferenciadas en sentido
neuronal por la inducción ejercida por el factor de crecimiento ner-
vioso NFG, unida a un esfingolípido. Similarmente otras toxinas

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