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P. GARCÍA BARRENO ANAL. REAL ACAD. NAL. FARM.
hechos comunes del envejecimiento en la población general no se ven en
la progeria; entre ellos el declive cognitivo, lesiones tipo Alzheimer,
cataratas, presbicia y prebicusia. Dada la rareza de los casos [1 :
1000000], la susceptibilidad a las neoplasia se desconoce. El estudio de la
expresión génica en fibroblastos progeroides en cultivo evidencia
inestabilidad mitótica, que incluye acortamiento telomérico y reducción
de la capacidad reparadora del ADN. Por ello se incluye la progeria entre
los síndromes de inestabilidad genética. Aunque la genética formal del
síndrome debe ser confirmada parece que se trata de un síndrome
dominante autonómico en el que confluyen envejecimiento y aberraciones
de las transacciones del ADN, arteriosclerosis y cáncer.
La edad avanzada, no cabe duda, es el más potente de todos los
carcinógenos. En los humanos, la incidencia de cáncer incrementa
exponencialmente en las décadas finales de la vida, culminando en un
riesgo acumulado de 1 de cada 2 hombres y una de cada de 3 mujeres
(Figura 2). Esta imponente escalada en el riesgo de cáncer se acompaña de
un incremento igualmente significativo de carcinomas epiteliales, entre
los 40 y los 80 años, frente a los de origen mesenquimatoso y
hematopoyético.
Figura 2. Incidencia de cáncer como una función de la edad. La incidencia de cáncer
invasivo, extrapolado respecto a los intervalos de edad, incrementa exponencialmente
entre los 40-80 años; más en el hombre que en la mujer. A partir de los 80 años se
establece una meseta.
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