Page 78 - 66_03
P. 78

MANUEL DOMÍNGUEZ CARMONA  ANAL. REAL ACAD. FARM.

sulfato alumínico, el hidróxido cálcico, las sales de hierro como polielec-
trolitos eliminan más del 99,99 % de los virus que no se inactivan pero
quedan en los lodos. El aumento del pH por adición de hidróxido cálcico
reduce mucho la cantidad de virus. El cloro no actúa si hay mucha mate-
ria orgánica, y su efecto depende de la concentración de materia orgánica,
de su agregación en partículas, del pH y de la temperatura. Con 40 mg
000 se destruye el 99,9 % de los virus entre 3 a 120 minutos de contacto.

        El desarrollo microbiano en la red de distribución puede deteriorar
la calidad del agua (O’Connor y col. 1975) Bourbigot y col. 1984) Si se
trata de patógenos su crecimiento pudiera suponer riesgo de infecciones
teniendo en cuenta la débil concentración de cloro que puede existir en
los terminales .

EL AGUA COMO MEDIO DE REPRODUCCIÓN

        Los gérmenes patógenos sufren un proceso de dilución que consti-
tuye el principal mecanismo de autodepuración de las aguas. El agua no
es un buen medio de cultivo, de modo que la supervivencia y aún más la
multiplicación de los gérmenes es escasa. En estos casos el agua actúa
solo diseminando los microorganismos que contiene. Pero el agua puede
permitir el crecimiento bacteriano, según la temperatura, la concentra-
ción de la materia orgánica, acidez, salinidad, oxígeno disuelto y la pre-
sencia de protozoos y fagos.
1º Capacidad nutritiva del agua en los diversos medios como embalses,
corrientes o conducciones. El agua puede permitir el crecimiento bacte-
riano si contiene pequeñas cantidades de carbono orgánico asimilable
(COA) (van der Kooij y col.1982, Huck, 1990), especialmente de ami-
noácidos, péptidos, ácidos grasos e hidrocarbonos, en tan mínimas canti-
dades que solo se pueden determinar por bioensayos complejos. El
máximo crecimiento bacteriano (Nmax) que cada muestra de agua puede
promover se determina bajo condiciones de trabajo estándarizadas utili-
zando cepas adecuadas de bacterias estándar o de mezclas de bacterias
autóctonas haciendo el recuento en placas, o por turbidez o por ATP (van
der Kooij y col., 1982, Jago y Stanfield 1984, Huck1990, Ribas y
col.1991, Frías y col. (1992) El COA es una fracción del carbono orgáni-
co biodegradable CODB, a su vez parte del carbono orgánico disuelto

14
   73   74   75   76   77   78   79   80   81   82   83