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VOL. 66, (3) 2000  DÍA MUNDIAL DEL AGUA

conducción, de depósitos y una red de distribución. A mediados del siglo
XIX se generaliza la contaminación microbiana del agua debido al au-
mento demográfico, al desarrollo industrial y a la urbanización. Las aguas
superficiales están contaminadas sistemáticamente porque a ellas desem-
bocan las aguas residuales, domésticas e industriales de las poblaciones
asentadas en las cuencas. La contaminación microbiana en la captación se
puede corregir en las estaciones de depuración, si funcionan bien pero la
carga orgánica que pueden recibir puede causar la formación de trihalo-
metanos y otros derivados con el cloro ; más grave es la contaminación
que se produce en las conducciones, depósitos y sobre todo en la red de
distribución, por roturas, fugas y comunicación con aguas residuales, en
especial cuando se reanuda el suministro por la succión, por el efecto de
bomba de vacío pues el subsuelo de una gran ciudad está constituido por
un laberinto de redes de los distintos servicios, con múltiples posibilida-
des de contaminación a través de la red de aguas residuales. Las epide-
mias mas extensas se han producido por la contaminación de la red de
abastecimiento. Una vez transcurrido el límite inferior del período de
incubación, aparecen en un corto número de días una serie de casos que
aumentan en número rápidamente; es la transmisión holomiántica. En el
medio rural lo más frecuente es la contaminación de los pozos romanos
por los pozos negros que se encuentran en sus inmediaciones, de las fuen-
tes y manantiales por filtraciones a través de terrenos de cultivo abonados
con excretas humanas, sobre todo después de las lluvias, o de las aguas
subterráneas en terrenos calizos, por las grietas que se producen que
hacen inoperantes los mecanismos de filtración natural.

        Aunque, en general, cualquier bacteria patógena puede llegar al
agua y propagarse por este medio, en la práctica esta posibilidad se limita
a un corto número de gérmenes que, al eliminarse por las heces u orina de
los enfermos o portadores, tienen mayores probabilidades de llegar a las
aguas en cantidad suficiente para producir enfermedades que pueden ma-
nifestarse en forma epidémica.

        El Código Alimentario Español, ya establecía en su artículo
3.27.11, que debían preferirse para captar el agua para el abastecimiento
de núcleos urbanos en primer lugar el agua de manantiales o fuentes, lue-
go la de pozos artesianos, en tercer lugar las aguas subálveas y finalmente
las superficiales. En general las aguas superficiales, sobre todo aquellas

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