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MANUEL DOMÍNGUEZ CARMONA  ANAL. REAL ACAD. FARM.

         En este ciclo, que supone movimiento, el agua se emplea de
forma deliberada o no para arrastrar y diluir desechos industriales do-
mésticos, excretas etc. El origen más importante de la contaminación
del agua es el vertido directo de aguas residuales por medio del alcan-
tarillado que aboca a aguas superficiales (ríos, lagos, embalses) desde
donde por lixiviación del suelo pueden pasar a las aguas profundas y al
final pueden contaminan el mar. También tienen importancia las filtra-
ciones de pozos negros, o los cruces entre alcantarillas y conducciones.
El hombre levantó sus ciudades en riberas no para captar fácilmente el
agua sino para disponer de un sistema fácil de eliminar sus excretas
aprovechando la propiedad de fluir del agua. Los romanos no tomaban
el agua que necesitaban para beber del Tíber, sino del Arno a muchos
kilómetros de distancia. La utilización del agua superficial especialmen-
te la de los ríos como medio de eliminar aguas residuales hace que las
ciudades situadas aguas abajo beban agua de alcantarilla como pasa con
los habitantes de Agra , la ciudad del Taj Mahal, que beben el agua de
las alcantarillas de Delhi. También el agua se puede contaminar con los
riegos. Como media cada m2 de tierra requiere al año 1 m3 de agua parte
de la cual va a los cauces y parte se filtra en el suelo llegando al agua
freática. Para poder evacuar aguas negras en tierra no se deben sobrepa-
sar 100m3 por m2 al año pues volúmenes mayores disminuyen la auto-
depuración que depende de la composición y estructura del suelo, de su
microflora y de la temperatura.

        El agua subterránea o freática suele tener menor carga microbio-
lógica que la superficial pues el suelo retiene a muchos microorganis-
mos y no ofrece medio adecuado para su persistencia y aún menos para
su multiplicación. Comarro y cols (1988) encontraron en el agua de 80
pozos de las cercanías de Santiago de Compostela y de otras lugares de
La Coruña que el 64 % tenían coliformes ( el 24 % fecales y el 21 % E.
coli), el 36 % estreptococos fecales, el 32 % clostridios sulfito reducto-
res. En resumen solo el 25 % tenía agua potable y el 21 aceptable previa
cloración.,

        La contaminación microbiológica del agua puede proceder de
los cadáveres, excretas y productos de la gestación (como es el caso de
la brucelosis) de los animales. Es importante diferenciar si la contami-
nación del agua procede de excretas humanas o animales. La presencia

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