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VOL. 66, (1) 2000 LOS SUELOS DE ESPAÑA
El auge de ciertos cultivos arbóreos, como el olivo y el almendro,
y otros arbustivos, la vid y el zumaque, todos ellos tan “mediterráneos”
sigue progresando con el tiempo, siglo a siglo, y si bien el aceite de oliva
es un componente importante de la dieta alimenticia, la almendra ha sido
siempre un artículo de lujo y el vino no cubre realmente de modo
adecuado un papel de alimento en situaciones de penuria, siendo el
zumaque una planta industrial
En general existe un axioma que expresa que en situaciones de
exigencia alimentaria, los buenos suelos son ocupados por los cereales
panificables, trigo y acaso centeno, y complementariamente por las
leguminosas de consumo humano.
El papel de la cebada y de la avena en menor proporción y las
leguminosas forrajeras como motor o fuente de energía para descargar al
labrador de las operaciones más duras; completan el cuadro, introducien-
do una casuística que hay que intentar descifrar en cada caso.
Ahora bien, los cereales panificables y las leguminosas más
comunes tienen unas exigencias, que vienen de su estado silvestre en el
tan citado “Creciente Fértil”, que no pueden cumplirse en los suelos
empobrecidos y degradados por la erosión hídrica durante siglos: por
ejemplo, la nascencia de las semillas, etapa muy crítica para el posterior
desarrollo del vegetal queda notablemente dificultada si el suelo superfi-
cial, en vez de ser el original bien provisto de materia orgánica y de
contextura friable, es en realidad un subsuelo calizo expuesto en superfi-
cie por la decapitación del perfil.
El Olivo, la Vid, no tienen esas exigencias, sino que el agricultor
coloca los plantones que ya vienen enraizados de un vivero en unos hoyos
previamente excavados y dotados uno a uno de un suelo conveniente o al
menos compensado por una fertilización, localizada en el hoyo.
Esta y no otra es la razón de los millones de hectáreas que en los
países mediterráneos ocupan la vid, el olivo, el almendro: sus sistemas
radiculares toleran aún esta etapa intermedia de degradación del suelo
corregida inicialmente.
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