Page 43 - DICHOS, REFRANES Y GENÉTICA
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la partenogénesis o una especie de lagartijas del desierto de Chihuahua que realizan una
“pseudocópula” que estimula hormonalmente a las hembras.
En la especie humana, como en la mayoría de los mamíferos, la determinación
genética del sexo depende de la presencia de los cromosomas sexuales X e Y, de forma
que las hembras son XX y los machos XY; es decir, el sexo femenino es homogamético
(sólo produce óvulos tipo X) mientras que el masculino es heterogamético, produciendo
unos espermatozoides portadores del cromosoma X y otros portadores del cromosoma Y
en proporciones equivalentes. Por eso, teóricamente, la mitad de la descendencia será
femenina y la mitad masculina; no obstante, hay familias en las que todos los hijos son
varones o todas mujeres con probabilidad (½) n, siendo n el número de hijos. Sin embargo,
estos datos genéticos no serían válidos para Simone de Beauvoir porque decía que “no se
nace mujer, se hace”.
A muchas parejas les gustaría programar el sexo de la descendencia, sobre todo
cuando ya se ha tenido una primera pareja del mismo sexo (dos niños y se desea una niña
o, al revés, dos niñas y se desea un niño). Para estos casos la sabiduría popular da como
receta que “luna creciente, hijo diferente; luna menguante, hijo como antes”, aunque no se
especifica si la fase de la luna tiene que ver con el momento del parto o de la realización
del acto sexual. En otras ocasiones se recomendaba el acostarse sobre el lado derecho o
sobre el izquierdo o, como aconsejaba un campesino a quien quería tener un hijo varón,
“usar cama con piecero p’a ‘repretar’”.
Respecto al sexo de la descendencia, el refranero popular es machista e injusto con
las mujeres pues, salvo el refrán que dice que “en la casa de bendición, primero hembra y
luego varón”, en otros muchos casos se ve a la hija hembra poco menos que como una
maldición porque “muchas hijas en casa, todo se abrasa”. Así:
? “Matrimonio de buena fortuna, siete varones y hembra sólo una”
? “Hijas, la primera es juego ; la segunda, venga luego ; pero tres o cuatro son
fuego”
? “Las tres primeras hijas así se nombran : doña Venga, doña Basta y doña
Sobra”
? “Tres hijas y una madre, cuatro diablos para un padre”
? “Tres, eran tres las hijas de Elena ; tres, eran tres y ninguna era buena”
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