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A.
Aguado--Barrios
&
al.
ambientales
y
genéticos.
Entre
los
primeros
se
incluye
el
grado
de
actividad
física,
el
consumo
de
alcohol
y
tabaco,
el
estado
hormonal
de
la
mujer
y
el
sexo,
siendo
el
tipo
de
alimentación
habitual
de
las
personasuno
de
los
factores
más
relevantes
(9).
En
este
contexto,
la
lipemia
posprandial
está
influenciada
por
factores
dietéticos,
tanto
por
la
cantidad
de
grasa
ingerida
(10),
como
por
el
tipo
de
grasa
consumida
o
calidad
de
la
grasa
(6,
11).
Las
recomendaciones
dietéticas
para
la
prevención
de
ECV
en
los
últimos
años
(12)han
ido
dirigidas
al
reemplazo
de
los
ácidos
grasos
saturados
(AGS)
por
ácidos
grasos
monoinsaturados
(AGM)
y
ácidos
grasos
poliinsaturados
(AGP).
En
estudios
metabólicos
se
ha
evidenciado
que
el
consumo
de
AGP
y
AGM
resulta
en
un
perfil
lipídico
más
saludable
que
tras
la
ingesta
de
AGS
(12,
13),
pero
existe
también
una
relativa
controversia
dado
que
se
han
encontrado
niveles
aumentados(14)
y
disminuidos
(11)
de
triglicéridos
en
estudios
que
comparaban
los
efectos
del
consumo
de
mantequilla
(AGS)
y
ácido
linoleico
(AGP).
La
dieta
mediterránea,
rica
en
AGM
procedentes
de
aceite
de
oliva,
ha
sido
asociada
con
un
menor
riesgo
de
ECV
(16,
17).
Múltiples
ensayos
basados
en
estudios
de
cohortes
han
observado
que
la
elevada
adherencia
a
esta
dieta
está
asociada
a
una
mejora
en
el
estado
de
salud
del
individuo
reduciendo
la
mortalidad
y
complicaciones
asociadas
a
ECV
y
una
menor
prevalencia
de
enfermedades
crónicas
(14,
17).
El
consumo
de
AGM
procedentes
de
la
dieta
favorece
un
perfil
lipídico
más
saludable,
mejora
la
sensibilidad
a
la
insulina
y
regula
los
niveles
de
presión
arterial
y
de
glucosa
sérica.
Análisis
recientes
sugieren
un
posible
papel
de
los
AGM
de
la
dieta
en
la
regulación
de
la
composición
corporal
reduciendo
el
riesgo
de
obesidad
(18).
La
situación
posprandial
es
un
período
dinámico
del
metabolismo
en
el
que,
a
partir
de
los
substratos
absorbidos
de
la
dieta,
ocurren
fenómenos
tanto
de
biosíntesis
como
de
oxidación.
Los
estudios
posprandiales
tienen
una
serie
de
ventajas,
siendo
la
situación
fisiológica
más
habitual
en
el
sujeto
de
las
sociedades
desarrolladas
(1).
Tras
la
ingesta,
los
niveles
de
glucosa
y
lípidos
plasmáticos
aumentan
considerablemente
hasta
alcanzar
estados
hiperglicémicos
e
hipertrigliceridémicos,
los
cuales
activan
procesos
inflamatorios
y
estrés
oxidativo.
En
este
sentido,
es
interesante
el
estudio
del
estado
posprandial
del
individuo
para
analizar
dichos
procesos
inflamatorios
con
el
fin
de
prevenir
el
estrés
oxidativo
asociado
al
desarrollo
de
determinadas
enfermedades
crónicas.
(7,
19--22).
El
objetivo
del
presente
estudio
fue
analizar
el
efecto
del
consumo
de
un
producto
lácteo
con
perfil
lipídico
modificado
(cuajada
de
leche
de
oveja)
frente
a
un
producto
lácteo
de
perfil
lipídico
comercial
sobre
el
perfil
lipídico
y
glucémico
posprandial
y
marcadores
inflamatorios
de
hombres
y
mujeres
adultos
sanos.
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