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Gloria
Redondo
Rincón,
Antonio
González
Bueno
sazón
ocupaba
el
cargo
de
Director
general
de
Previsión
(45),
señalaba
el
elevado
gasto
en
medicamentos
que
suponía
la
prestación
ofertada
por
el
seguro
de
enfermedad
y
proponía
algunas
soluciones:
“--
Como
última
cuestión,
¿quiere
decirnos
cuál
es
hoy
la
mayor
dificultad
con
que
se
enfrenta
el
Seguro
de
Enfermedad?
--
Sin
duda
alguna
el
elevado
coste
de
los
medicamentos,
que
supone
un
gasto
diario
de
dos
millones
de
pesetas.
--
¿Han
pensado
cómo
solucionar
tan
grave
problema?
--
El
Seguro
de
Enfermedad
es
el
mejor
cliente
de
la
industria
farmacéutica
española.
Pretendemos
huir
de
una
intromisión
en
esferas
propias
de
la
actividad
privada,
pero
creemos
tener
derecho
a
que
por
aplicación
de
las
normas
comerciales
usuales
en
la
actividad
privada,
se
nos
dé
el
trato
debido
al
mejor
cliente”
(46).
En
términos
similares
se
pronunció
Ramón
Díaz
Fanjul,
Jefe
Nacional
del
Seguro,
al
detallar,
en
abril
de
1952,
las
razones
que
dieron
lugar
a
la
redacción
del
Petitorio…:
“Por
una
parte
existe
el
peligro
del
abuso
de
los
modernos
y
activos
productos
químicos
y
biológicos,
y
de
otra,
que
la
administración
de
los
medicamentos
sin
precisión
ni
rigor
determina
numerosas
contraindicaciones,
incompatibilidades
y
sensibilizaciones
ya
de
todos
conocidas.
Pero
no
es
menos
importante
el
aspecto
social
del
problema;
la
falta
de
cultura
en
las
gentes,
o
aun
la
ausencia
de
sentido
ético,
crea,
en
ocasiones,
esas
reacciones
individuales
que
originan
agudos
choques
entre
médicos
y
asegurados”
(47).
Tras
algunas
notas
de
prensa
como
a
las
que
nos
hemos
referido
líneas
arriba,
y
que
alcanzaron
a
los
diarios
nacionales
(48),
desde
el
gabinete
de
Girón
se
optó
por
trasladar
la
responsabilidad
de
limitar
la
prestación
farmacéutica
a
los
propios
cotizantes.
Una
orden
del
Ministerio
de
Trabajo,
de
fecha
de
28
de
abril
de
1953
(49),
dispuso
una
consulta
pública
sobre
el
sistema
de
prescripción
farmacéutica
que
los
asegurados
preferían;
los
motivos
de
la
consulta
se
detallan
en
el
preámbulo
de
la
norma:
“El
aumento
progresivo
del
precio
de
las
especialidades
farmacéuticas
desde
la
implantación
del
Seguro
Obligatorio
tiene
una
evidente
repercusión
económica
en
el
mismo.
Los
avances
constantes
de
la
Medicina
con
la
aparición
de
los
antibióticos
y
nuevas
drogas,
surgidos
con
posterioridad
al
año
1945,
han
creado
una
situación
fundamentalmente
distinta
en
cuanto
a
la
terapéutica.
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