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Riesgos
sanitarios
de
la
contaminación
de
suelos
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!!
Este
tiempo
de
contacto
puede
ser
evaluado
directamente,
pero
también
a
efectos
de
modelización
y
cuando
no
es
posible
realizar
esa
medida,
existen
tablas
que
calculan
por
defecto
el
tiempo
de
contacto
estimado
para
las
diferentes
rutas.
Para
poder
evaluar
las
consecuencias
sanitarias
de
una
determinada
exposición
a
un
contaminante
es
importante
tener
en
cuenta
la
concentración
que
alcanza
realmente
en
el
interior
del
organismo.
Y
de
forma
más
concreta
en
aquellos
órganos
donde
su
efecto
puede
ser
más
dañino.
Para
ello
es
necesario
conocer
los
cambios
en
la
concentración,y
también
en
su
constitución
que
se
pueden
producir
en
el
proceso
de
transferencia
desde
la
superficie
del
cuerpo
humano
al
interior
de
un
órgano
determinado.
Estos
procesos
de
transferencia
pueden
tener
dos
modalidades:
la
denominada
“intake”
por
la
EPA,
o
entrada
en
el
organismo
por
las
aberturas
naturales
(boca,
nariz,
etc.),
y
la
que
se
produce
a
través
de
las
barreras
naturales
(piel,
mucosas,
etc.)
o
“uptake”.
En
el
primer
caso,
la
concentración
en
los
medios
de
transporte
fluidos
como
el
aire
y
el
agua
se
transmite
mediante
los
mecanismos
clásicos
de
flujo
(advención,
difusión,
etc.),
y
en
los
medios
de
transporte
sólidos,
como
el
bolo
alimenticio,
según
el
mecanismo
fisiológico
de
progresión
por
el
tránsito
digestivo.
En
el
caso
de
tener
que
atravesar
barreras
naturales,
se
produce
un
proceso
fisiológico
relativamente
complejo
de
absorción
y
transporte
que
normalmente
supone
una
alteración
importante
tanto
del
carácter
como
de
la
concentración
del
contaminante.
La
“dosis
aplicada”
del
contaminante
es
la
cantidad
de
producto
localizada
en
la
barrera
de
absorción
(piel,
pulmón,
tracto
gastrointestinal)
y
que
está
disponible
para
su
absorción.
Normalmente
es
muy
difícil
de
medir.
De
todas
maneras,
una
aproximación
a
este
valor
se
puede
conseguir
con
el
término
“dosis
potencial”
que
es
simplemente
la
cantidad
de
producto
ingerido,
inhalado
o
localizado
sobre
la
barrera
natural.
La
dosis
aplicada
frecuentemente
puede
ser
menor
que
la
dosis
potencial
si
el
material
es
solo
parcialmente
biodisponible.
Donde
estos
datos
de
biodisponibilidad
son
conocidos,
es
posible
ajustar
la
dosis
potencial
a
la
dosis
aplicada.
La
cantidad
de
producto
que
es
absorbida
y
está
disponible
en
los
fluidos
internos
para
interactuar
con
receptores
biológicos
significativos
se
denomina
“dosis
interna”.
Finalmente,
la
cantidad
transportada
a
un
órgano,
tejido
o
fluido
concreto
se
la
denomina
“dosis
de
descarga”,
que
puede
ser
solo
una
pequeña
parte
de
la
dosis
interna.
La
dosis
“biológicamente
efectiva”,
o
la
cantidad
que
realmente
alcanzan
las
células,
sitios
o
membranas
donde
realmente
ocurren
los
efectos
adversos
puede
ser
solo
una
parte
de
la
dosis
de
descarga,
aunque
obviamente,
es
la
fracción
crucial
(EPA,
1992).
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