Page 22 - 79_03
P. 22
F.
Díaz--Fierros
Vigueira
acciones
a
realizar
se
encuentre
también
la
de
la
“aceptación”
del
riesgo.
Como
existe
la
evidencia
de
que
el
riesgo
“cero”
en
muchos
casos
es
muy
difícil
de
alcanzar
(Crews,
D.
y
Gore,
A.C.,
2011),
se
trata,
en
estas
situaciones,
de
poner
en
marcha
una
acción
educativa
para
conseguir
que
la
población
aprenda
a
convivir
con
determinados
niveles
de
riesgo
compatibles
con
la
salud
pública.
Modelos
RBCA
para
análisis
de
riesgos
Una
de
las
cuestiones
fundamentales
en
relación
con
los
suelos
contaminados
es
la
de
poder
hacer
frente
a
las
costosas
medidas
de
corrección
con
criterios
de
rentabilidad
económica
y
sanitaria.
En
el
año
1995
la
ASTM
desarrolló
una
Guía
(E--1739--95)
basada
en
el
análisis
de
riesgos
para
las
acciones
correctivas
de
las
zonas
afectadas
por
vertidos
de
hidrocarburos.
Poco
después,
en
el
2000,
amplió
la
Guía
a
todo
tipo
de
terrenos
contaminados
(E--2081--00,
Guía
Standard
ASTM
para
Acciones
Correctivas
Basadas
en
el
Riesgo),
que
pasó
a
ser
la
metodología
de
elección
para
la
toma
de
decisiones
en
materia
de
restauración
y
corrección
de
suelos
contaminados
en
la
mayor
parte
de
los
países.
En
España,
en
los
últimos
años,
se
desarrollaron
un
conjunto
de
acciones
formativas
(IUSC,
2012)
encaminadas
a
la
preparación
de
técnicos
con
capacidad
para
la
aplicación
de
estas
metodologías
RBCA.
En
esencia,
la
metodología
propuesta
en
la
Guía
E--2081
consta
de
tres
etapas
que
pueden
desarrollarse
total
o
parcialmente:
I
)
Una
evaluación
de
riesgos
cualitativa
que
identifica
los
impactos
sanitarios
(si
los
hubiese),
los
receptores
potenciales
más
sensibles
(escuelas,
hogares,
masas
de
agua,
etc.)
y
las
rutas
más
significativas.
La
comparación
de
los
niveles
de
contaminación
existentes
con
los
Niveles
Guía
(que
son
de
carácter
general)
añadida
a
los
datos
anteriores
podría
servir
para
establecer
una
jerarquía
en
cuanto
a
la
urgencia
y
oportunidad
de
la
intervención.
Para
conseguir
objetivos
de
intervención
más
específicos
del
sitio
se
pasaría
a
la
etapa
siguiente.
II)
Se
utilizan
nuevos
datos
adaptados
a
las
condiciones
particulares
del
sitio
investigado
(sobre
todo
condiciones
edafológicas,
hidrológicas
y
geológicas
locales)
y
se
investigan
cambios
en
las
concentraciones
de
los
contaminantes
que
pueden
evolucionar
con
el
tiempo.
Se
determinan
cuantitativamente
valores
de
riesgo
para
receptores
específicos
a
partir
de
niveles
de
referencia
adaptados
al
sitio.
Se
proponen
objetivos
de
corrección
adaptados
a
las
condiciones
de
riesgo
del
sitio.
Si
estos
no
fueran
suficientes,
se
pasaría
a
la
etapa
siguiente.
III)
Se
utiliza
información
estadística
compleja
y
modelos
de
transporte
más
sofisticados
y
se
desarrollan
niveles
de
referencia
específicos
para
el
sitio
(SSTL)
en
el
área
fuente
y
los
puntos
de
exposición.
Debido
al
coste
de
esta
etapa
solo
se
utiliza
para
extensiones
de
terrenos
contaminados
de
gran
amplitud
o
con
un
fuerte
impacto
sobre
la
salud
pública.
407