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Riesgos
sanitarios
de
la
contaminación
de
suelos
Existe
en
el
mercado
una
amplia
variedad
de
software
bien
adaptado
a
la
aplicación
de
esta
metodología
con
módulos
específicos
para
la
evaluación
de
las
rutas
de
exposición,
de
los
procesos
de
transformación
y
de
transporte,
tanto
en
condiciones
estacionarias
como
transitorias,
bases
de
datos
de
compuestos
químicos,
etc.
(p.
ej.
RBCA
Tool
Kit
for
Chemical
Releases,
versión
2.6
E,
2012).
En
general
se
acepta
a
priori
que
con
la
metodología
RBCA
se
pueden
realizar
las
operaciones
de
corrección
con
objetivos
menos
exigentes
y,
por
lo
tanto,
a
un
menor
coste
económico.
De
todas
formas,
la
experiencia
indica
que
esta
metodología
puede
fijar
objetivos
que
pueden
ser
tanto
más
como
menos
exigentes
que
las
metodologías
clásicas
que
utilizan
solo
niveles
de
referencia
de
“intervención”
como
guía
de
la
corrección
(Poggio,
F.
2006)
Nuevos
objetivos
en
la
evaluación
de
riesgos
sanitarios
En
la
actualidad
se
utilizan
más
de
100.000
productos
químicos
con
un
incremento
anual
del
orden
del
1%
(EPA,
2009)
de
los
cuales
solo
el
25%
está
estudiado
desde
el
punto
de
vista
de
su
toxicidad.
En
consecuencia,
una
de
las
prioridades
en
la
ER
es
mejorar
este
conocimiento
mediante
programas
ambiciosos
de
selección
y
estudio
de
los
productos
con
un
mayor
riesgo
sanitario
potencial.
En
Europa
el
programa
REACH
(UE,
2007,
2011)
se
propone
para
el
año
2018
tener
registradas
todas
las
substancias
(existentes
o
nuevas)
con
datos
fisicoquímicos
y
de
toxicidad,
y
para
aquellas
con
unos
movimientos
superiores
a
las
10
MT.
año--1,
con
información
sobre
su
ciclo
de
vida,
escenarios
de
exposición
y
riegos
derivados.
En
USA
se
puso
en
marcha
el
programa
Tox21
(EPA,
2012)
desarrollado
a
partir
de
un
consorcio
de
instituciones
públicas
y
privadas
y
que
se
propone
aplicar
a
unos
10.000
productos
los
avances
más
recientes
en
análisis
toxicológico,
fundamentalmente
los
derivados
de
las
tecnologías
“omic”.
Para
incorporar
toda
esta
nueva
fuente
de
datos
las
tecnologías
de
evaluación
de
riesgos
deben
realizar
un
esfuerzo
paralelo
para
integrar
los
nuevos
progresos
en
biología
de
sistemas
y
molecular
a
partir
de
los
métodos
y
datos
proporcionados
por
la
genómica,
epigenómica,
transcriptómica,
proteómica
y
metabolómica
(Cote
et
al.,
2012).
Avances
que
en
el
futuro
deberían
poder
integrarse
en
sistema
de
gestión
accesibles
al
personal
técnico
que
habitualmente
realiza
las
ER.
De
todas
formas,
existen
toda
una
serie
de
cuestiones
a
las
que
se
debe
dar
una
respuesta
adecuada
y
suficiente
en
las
próximas
décadas:
¿Cómo
puede
la
biología
molecular
y
de
sistemas
aportar
nueva
información
sobre
los
potenciales
efectos
adversos,
o
su
falta
de
efectos,
sobre
los
humanos?
¿Cómo
pueden
estos
datos
informar
sobre
las
relaciones
exposición/dosis--
respuesta
esperadas
in
vivo
en
el
ser
humano?
¿Cuál
es
el
papel
de
los
modelos
farmacocinéticos
sobre
los
datos
in
vitro?
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