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J.
M.
Medina
donde
se
realizan
las
sinapsis,
aumenta
hasta
los
cinco
meses
en
la
corteza
visual,
coincidiendo
con
la
neurogénesis.
De
hecho,
el
número
de
sinapsis
crece
exponencialmente
tras
el
nacimiento,
multiplicándose
por
dos
entre
el
segundo
mes
y
el
final
del
primer
año.
Asimismo,
el
consumo
de
glucosa,
un
excelente
índice
del
metabolismo
energético,
aumenta
significativamente
hasta
el
cuarto
año,
lo
que
refleja
el
esfuerzo
sinaptogénico
que
se
lleva
a
cabo
durante
este
periodo
(Johnson,
2001).
La
proliferación
celular
y
la
neurogénesis
continúan
en
las
paredes
laterales
de
los
ventrículos
laterales
durante
la
vida
postnatal,
particularmente
en
las
zonas
cercanas
a
las
eminencias
ganglionares
media
y
lateral.
En
los
roedores
(Tramontin
et
al.
2003),
la
denominada
zona
ventricular,
única
capa
del
córtex
durante
la
fase
embrionaria,
continúa
proliferando
durante
la
vida
postnatal.
Así,
las
células
de
esta
zona
entran
en
fase
S
y
migran
hacia
el
lumen
ventricular
donde
se
dividen.
En
el
momento
del
nacimiento
la
zona
periventricular
granular
es
muy
extensa,
diferenciándose
dos
zonas,
la
zona
ventricular
y
la
subventricular,
también
llamada
subependimal.
La
zona
ventricular
se
caracteriza
por
expresar
noggina,
mientras
que
la
zona
subventricular
expresa
DLX2
(“distal
less”),
un
marcador
de
“precursores
secundarios”.
En
el
momento
del
nacimiento
la
mayoría
de
las
células
son
glías
radiales,
puesto
que
expresan
RC2,
un
antígeno
específico
de
estas
células,
aunque
también
se
observan
algunos
ependimocitos
inmaduros.
Muy
pocas
son
GFAP
positivas,
un
marcaje
específico
de
los
astrocitos
de
la
zona
subventricular.
A
los
siete
días
de
vida
extrauterina,
la
proporción
de
células
radiales
ha
disminuido
a
favor
de
los
ependimocitos
inmaduros,
lo
que
sugiere
que
las
glías
radiales
han
dado
origen
a
las
células
ependimales
inmaduras.
En
este
estadio
comienzan
a
aparecer
las
células
GFAP
positivas,
es
decir,
los
astrocitos
de
la
zona
subventricular.
Por
último,
en
el
día
15
las
glias
radiales
han
desaparecido,
por
lo
que
la
zona
ventricular
está
compuesta
por
ependimocitos
maduros
e
inmaduros
(Spassky
et
al.
2005).
En
este
momento
la
mayoría
de
las
células
son
GFAP
positivas,
lo
que
sugiere
la
presencia
mayoritaria
de
astrocitos
propios
de
la
zona
subventricular
(Tramontin
et
al.
2003).
Por
consiguiente,
todo
parece
indicar
que
la
glías
radiales
son
las
células
madre
neuronales,
que
se
transforman
en
astrocitos
de
la
zona
subventricular
durante
las
dos
primeras
semanas
de
vida
extrauterina.
Algunos
de
estos
astrocitos
de
la
zona
subventricular,
especialmente
aquéllos
que
contactan
con
el
lumen
ventricular
mediante
un
solo
cilio,
mantienen
su
capacidad
pluripotencial
y
son
la
fuente
de
proliferación
neuronal
durante
la
etapa
postnatal,
incluida
la
vida
adulta.
La
pluripotencialidad
se
conserva
gracias
a
un
ambiente
rico
en
noggina
que
inhibe
los
BMPs
(“bone
morphogenic
proteins”),
lo
que
permite
la
neurogénesis
(Tramontin
et
al.
2003).
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