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J.
M.
Medina
necesidades
físicas
y
nutricionales,
sino
que
aprovechan
el
tiempo
para
transmitirle
sus
experiencias
y
habilidades,
advertirle
de
los
peligros,
enseñarle
la
tecnología,
los
métodos
cinegéticos,
etc.
Se
inicia,
pues,
la
civilización,
en
la
que
se
dan
pasos
adelante
basándose
en
las
experiencias
de
los
predecesores;
se
aprende
de
los
antecesores
evitando
repetir
experimentos
fallidos
o
inútiles.
Es
más,
a
partir
del
Homo
ergaster
comienza
la
comunicación
oral,
primero
con
gruñidos
y,
posteriormente,
en
el
Homo
sapiens,
con
palabras
claras
y
de
creciente
complejidad.
Este
hecho
permitirá
transmitir
a
la
prole
conocimientos
y
experiencias
no
vividas
por
uno
mismo.
Por
consiguiente,
con
independencia
del
grado
de
desarrollo
alcanzado,
la
dependencia
paterna
será
civilizadora,
además
de
contribuir
al
agrupamiento
social
que
tanta
importancia
ha
tenido
en
el
desarrollo
intelectual
de
nuestra
especie.
La
encefalización
postnatal
presenta,
asimismo,
ventajas
extraordinarias
para
el
desarrollo
cerebral.
Fuera
del
seno
materno
el
recién
nacido
recibe
una
mayor
cantidad
de
estímulos
que,
por
“feedback”,
van
conformando
el
cerebro,
aumentando
el
número
de
interconexiones
neuronales
y,
en
consecuencia,
creando
el
complejo
entramado
nervioso
que
abrirá
paso
a
la
inteligencia.
En
este
sentido,
es
un
hecho
bien
conocido
que
el
Sistema
Nervioso
requiere
estímulos
externos
para
su
desarrollo,
a
los
que
responde
creando
nuevas
conexiones
interneuronales.
Así,
sabemos
que
el
estímulo
de
la
luz
es
necesario
para
la
creación
de
las
vías
nerviosas
del
sistema
visual,
así
como
que
la
"estimulación
precoz"
mejora
el
curso
de
los
niños
con
determinadas
secuelas
neurológicas.
Pues
bien,
cuando
se
accede
a
la
vida
extrauterina,
los
estímulos
externos
se
constituyen
en
conformadores
del
Sistema
Nervioso,
cincelándolo
hasta
lograr
los
grados
de
perfección
estructural
y
funcional
que
conocemos
en
el
adulto.
Todos
los
estímulos
son
aprovechados
para
que
el
tejido
nervioso
se
desarrolle
de
manera
que
pueda
dar
cuenta
de
las
difíciles
tareas
a
las
que
deberá
enfrentarse.
Y
este
sistema
es
tan
eficiente
que
el
recién
nacido
aprende
con
prontitud
a
reconocer
en
la
cara
de
la
madre
tristeza
o
alegría.
Se
establece
pronto
una
relación
enriquecedora
entre
el
neonato
y
su
entorno,
que
implementa
no
sólo
su
evolución
intelectual
sino,
sin
duda
por
ello,
el
desarrollo
del
sustrato
material
que
lo
sustenta.
2.2.
Encefalización:
en
busca
del
tamaño
necesario
Como
hemos
mencionado
antes,
la
encefalización,
es
decir,
el
crecimiento
desproporcionado
de
nuestro
encéfalo
con
respecto
a
nuestro
peso
corporal,
ha
preocupado
a
los
antropólogos,
dado
que
parece
una
característica
de
los
homínidos
directamente
relacionada
con
la
aparición
de
la
inteligencia.
Es
necesario
mencionar
que
la
encefalización
no
es
una
característica
exclusiva
de
los
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