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JOSÉ
ANTONIO
CABEZAS
FERNÁNDEZ
DEL
CAMPO
de
estos
compuestos),
pero
mediante
glicosilaciones
o
desglicosilaciones
ulteriores
adecuadas
pueden
obtenerse
fármacos
de
igual
o,
frecuentemente,
mayor
actividad
biológica
que
las
de
sus
homólogos
naturales
(4).
3.4.
Algunos
grupos
recientes
de
fármacos
de
naturaleza
glicoconjugada,
y
aspectos
económicos
con
ellos
relacionados
Principalmente
a
partir
de
los
comienzos
de
la
década
de
2000,
se
ha
incrementado,
sobre
todo
en
EE.UU.,
el
número
de
empresas
–vinculadas
frecuentemente
al
ámbito
universitario--
dedicadas
a
la
fabricación
de
medicamentos
pertenecientes
a
este
grupo.
Parece
ser
que
sus
resultados
económicos
han
sido
generalmente
muy
notables,
pero
también
algunas
de
ellas
fueron
clausuradas,
dado
su
escaso
rendimiento.
Procede
aquí
comentar
únicamente
la
índole
de
algunos
de
los
fármacos
que
han
sido
oficialmente
aceptados
en
los
últimos
años,
una
vez
superados
los
exigentes
trámites
para
su
aprobación.
Destacan:
Análogos
de
iminoglúcidos
(que
perfeccionan
antiguos
antibióticos
de
esta
naturaleza,
evitando
algunos
de
los
efectos
secundarios
desfavorables
de
aquéllos),
oligosacáridos
conjugados
(como
componentes
de
vacunas),
vacunas
conteniendo
el
gangliósido
GM2
o
vacunas
conteniendo
un
glúcido
bacteriano
acoplado
a
una
proteína;
y
también,
enzimas
relacionadas
con
procesos
de
glicosilación
y
desglicosilación
(como
variedad
de
nuevas
terapias).
Asimismo,
atención
especial
está
mereciendo
el
grupo
de
los
“sugar
mimics”,
que
son
moléculas
muy
similares
estructuralmente
a
ciertos
glúcidos,
capaces
de
bloquear
la
biosíntesis
de
estos
compuestos
en
procesos
cancerosos
o
en
enfermedades
como
la
hepatitis
C,
o
de
reducir
la
biosíntesis
del
glicolípido
que
se
acumula
en
la
enfermedad
de
Gaucher.
Respecto
a
los
aspectos
económicos,
es
significativo
el
ejemplo
de
las
ventas
de
una
eritropoyetina
(la
comercializada
con
el
nombre
de
“Aranesp?”)
cuyas
cifras
en
la
década
de
2000
no
han
cesado
de
aumentar
y
fueron
en
el
año
2005
de
2.500
millones
de
dólares
(EE.UU.)
(5).
Otro
glicoconjugado
de
amplio
uso
es
la
heparina,
con
el
consiguiente
elevado
importe
económico.
Y
piénsese
en
la
altísima
cuantía
que
representan
mundialmente
las
vacunas
antigripales
(33)
(que
deben
ser
renovadas
anualmente),
incluso
en
ausencia
de
pandemias;
pero
que
ahorran
en
actividad
laboral
no
perdida,
ausencia
de
hospitalizaciones
y
en
bienestar
cantidades
muy
superiores
(16).
Evidentemente,
el
consumo
de
otros
fármacos
de
este
grupo
es
mucho
más
restringido
y,
por
tanto,
lo
son
sus
rendimientos
económicos.
No
obstante,
una
considerable
cifra
corresponde
a
la
venta
de
los
agentes
destinados
al
diagnóstico
vinculados
con
los
glicoconjugados
(véase
más
adelante).
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