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JOSÉ
ANTONIO
CABEZAS
FERNÁNDEZ
DEL
CAMPO
que
entran
rápidamente
en
circulación.
c)
Ser
relativamente
resistentes
a
la
degradación
metabólica,
por
lo
que
pueden
liberarse
en
cantidades
que
permiten
su
detección
y
valoración
por
las
modernas
técnicas
analíticas.
Unos
marcadores
son
los
derivados
del
tumor,
que
son
moléculas
producidas
por
las
propias
células
tumorales,
entre
los
que
se
distinguen
los
antígenos
oncofetales
(como
el
CEA)
y
los
antígenos
tumorales
(CA
19.9,
etc.);
y
otros
son
los
marcadores
asociados
al
tumor,
que
son
moléculas
producidas
por
células
del
organismo
hospedador,
cuyas
moléculas
existen
normalmente
pero
a
menor
concentración
(así
la
ferritina).
Por
tanto,
algunas
de
estas
sustancias
pueden
hallarse
no
sólo
en
células
neoplásicas
sino
en
las
normales,
sobre
todo
de
embriones,
pero
incluso
también
de
adultos.
Esto
explica
el
hecho
de
los
“resultados
falsamente
positivos”.
Por
otro
lado,
un
marcador
glicánico
puede
serlo
de
diferentes
tipos
de
cáncer,
aunque
lo
sea
con
distinto
grado
de
especificidad.
En
este
sentido,
se
clasifican
en:
los
de
elevada
especificidad
(que
escasean),
los
de
especificidad
intermedia
(como
el
CEA,
que
suelen
ser
los
más
habituales),
y
los
de
baja
especificidad.
Asimismo,
se
deduce
que,
frecuentemente,
un
marcador
puede
ser
más
útil
en
el
seguimiento
que
en
el
diagnóstico
de
un
determinado
tipo
de
cáncer.
Otra
faceta
a
considerar
es
su
aplicación
para
el
pronóstico
en
cuestión.
La
estructura
química
de
algunos
marcadores
tumorales,
así
como
su
relación
con
grupos
sanguíneos,
se
indica
en
la
Figura
5.
En
la
Tabla
3
se
muestran
algunos
ejemplos
de
marcadores
glicánicos
y
su
vinculación
con
el
tipo
de
tumor.
Desde
el
punto
de
vista
histórico,
el
antígeno
carcino--embrionario
(“carcino
embryonic
antigen”,
CEA)
se
utilizó
para
la
detección,
pronóstico
y
seguimiento
del
cáncer
colo--rectal
de
modo
empírico
inicialmente,
pues
no
se
conocía
exactamente
su
composición.
Sólo
a
partir
de
1987
se
empezó
a
conocer
la
estructura
de
su
porción
glicánica,
y
hasta
1991
no
se
sabía
que
esta
glicoproteína
aparece
expresada
como
dos
formas
(de
masas
moleculares
200.000
y
130.000)
en
tejidos
normales,
mientras
que
en
células
cancerosas
aparece
como
una
única
glicoproteína
de
tamaño
molecular
variable,
inferior
a
170.000,
a
causa
de
las
diferencias
en
el
proceso
de
la
N--glicosilación.
Otro
antígeno
importante,
que
es
asimismo
un
glicconjugado
(aunque
no
una
glicoproteína
sino
un
gangliósido),
es
el
denominado
CA
19.9
(=
“carbohydrate
antigen
19.9)
Su
porción
glicánica
corresponde
al
antígeno
Lewisa
sialilado
(véase
Figura
5);
exactamente,
dicho
CA
19.9
es
un
sialosil--fucosil--lactotetraosil--
ceramida.
Usado
ampliamente
como
marcador
del
cáncer
colo--rectal,
su
sensibilidad
es
inferior
a
la
del
CEA,
considerándosele
como
más
valioso
para
el
pronóstico
que
para
el
diagnóstico
de
dicha
enfermedad.
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