Page 45 - 78_02
P. 45
JOSÉ
ANTONIO
CABEZAS
FERNÁNDEZ
DEL
CAMPO
Figura
4.--
Estructura
de
la
castanospermina
y
de
la
desoxinojirimicina
(inhibidores
de
la
glucosidsa
I
–la
desoxinojirimicina
también
lo
es
de
la
glucosidasa
II--),
de
la
desoximanojirimicina
(inhibidor
de
la
manosidasa
I),
y
de
la
swainsonina
(inhibidor
de
la
manosidasa
II).
Así,
en
lo
referente
a
vacunas
de
polisacáricos
conjugados:
a)
Ya
desde
1976,
como
mínimo,
se
disponía
de
vacunas
poliosídicas
contra
enfermedades
por
meningococos
A
y
C,
neumonías
y
fiebres
tifoideas.
Purificados
los
antígenos
respectivos,
una
vez
introducidos
en
el
organismo
receptor,
determinan
la
proliferación
de
linfocitos
B
y
la
secreción
de
inmunoglobulinas.
Son
“antígenos
T--
independientes”.
Desde
la
década
de
1980
se
viene
investigando
sobre
un
nuevo
concepto
de
vacunas:
las
vacunas
de
polisacáridos
(
=
poliósidos)
conjugados.
En
ellas,
el
acoplamiento
químico
del
polisacárico
capsular
específico
de
cada
serotipo
con
una
proteína
transportadora
convierte
a
los
poliósidos
en
“antígenos
T--
dependientes”.
b)
Como
candidatos
a
vacunas
contra
Leishmania
se
han
preparado
sintéticamente,
desde
1999,
neoglicoconjugados
(neoglicoproteínas
y
neoglicolípidos)
conteniendo
enlaces
fosfodiester
entre
unidades
repetidas
de
tipo
glucídico.
Entre
ellas:
Gal--Man,
o
Gal--Man--Gal--(Glc)--Man,
etc.
c)
También
se
han
intensificado,
a
partir
del
año
2000,
los
estudios
acerca
de
vacunas
contra
algunos
tipos
de
cáncer.
Así,
para
el
cáncer
de
mama
y
el
ovárico,
la
constituida
por
el
sialil--
Tn
sintético;
y
para
el
de
próstata,
el
globósido
H.
d)
En
2004,
se
ha
descrito
que
un
conjugado
obtenido
por
vía
sintética,
constituido
por
polirribosilfosfato,
está
dirigido
preferentemente
contra
infecciones
provocadas
por
Haemophilus
182