Page 40 - 78_02
P. 40
….Y
MARCADORES
TUMORALES
GLICÁNICOS
capacidad
de
respuesta
a
la
producción
de
anticuerpos
frente
a
antígenos
de
tipo
glicoconjugado,
ya
sea
éste
de
procedencia
endógena
o
exógena.
La
llamada
“enfermadad
del
suero”,
ocasionada
frecuentemente
(antes
de
la
era
de
los
antibióticos)
al
usarse
sueros
de
caballos
inmunizados
para
prevenir
la
infección
que
provocaría
la
bacteria
causante
del
tétanos,
se
debe
a
que
los
“anticuerpos
HD”
–así
llamados
por
haber
sido
investigados
en
la
década
de
1920
por
los
checos
M.
Hangunitziu
y
H.
Deicher,
independientemente--
existentes
en
dichos
antisueros
contienen
un
glicoesfingolípido
de
cuya
molécula
forma
para
el
ácido
N--glicolilneuramínico
(ácido
siálico
no
biosintetizado
por
los
seres
humanos
y
del
cual
éstos
carecen
o,
si
lo
poseen,
es
en
ínfima
proporción,
procedente
de
ciertos
alimentos).
Ahora
bien,
no
sólo
gangliósidos
integrados
por
este
ácido
sino
también
glicoproteínas
que
lo
contengan
pueden
desencadenar
la
temida
reacción
anafiláctica
(para
más
detalle,
véase
artículo
de
la
referencia
7).
Análogamente,
este
aspecto
ha
de
tenerse
en
cuenta
asimismo
en
la
utilización
por
los
humanos
de
órganos
procedentes
de
otras
especies
(como
el
cerdo)
en
los
denominados
xenotrasplantes,
al
poder
contener
dichos
órganos
residuos
inmunogénicos.
Es
de
advertir,
sin
embargo,
que
la
capacidad
de
originar
anticuerpos
las
células
humanas
frente
a
antígenos
de
naturaleza
glicoconjugada
es,
en
general,
poco
elevada.
Probablemente
ello
es
debido
al
efecto
de
“enmascaramiento”
que
efectúa
la
fracción
glicánica
situada
en
la
parte
periférica
de
la
molécula
del
glicoconjugado.
Por
otro
lado,
una
glicosilación
anormal
en
inmunoglobulinas
se
estima
como
cofactor
en
la
patogénesis
de
:
artritis
reumatoidea
y
en
la
glomeronefritis
(afectando
a
la
IgG);
en
trastrornos
alérgicos,
asma,
y
enfermedad
celíaca
(respecto
a
la
IgE).
2.4.
Glicopatología
relacionada
con
procesos
infecciosos
«Todas
las
células
en
la
Naturaleza
están
cubiertas
con
un
denso
revestimiento
de
glicanos,
que
es
importante
no
sólo
para
los
procesos
biológicos
de
los
hospedadores
sino
también
para
la
unión
[“binging”]
de
los
patógenos
a
las
células»
(8).
Referido
este
revestimiento
únicamente
a
los
ácidos
siálicos,
se
considera
que
existen
de
dichos
ácidos
«10
millones
en
la
membrana
del
eritrocito
humano»
(9).
Téngase
en
cuenta
que
el
primer
contacto
que
un
agente
patógeno
(sea
virus,
bacteria,
hongo
o
protozoo)
establece
con
la
membrana
de
la
célula
a
la
que
se
va
a
unir,
pudiendo
provocar
ulteriormente
la
infección,
es
con
un
residuo
177