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MARÍA CASCALES ANGOSTO y J. Á. ÁLVAREZ-GÓMEZ AN. R. ACAD. NAC. FARM.
sistemas vascular y linfático y facilita la diseminación del cáncer. La
secuencia del genoma humano ha revelado la existencia de más de
500 genes que codifican proteasas, estando gran número de ellas
asociadas a tumores. Entre éstas, las MMP que procesan, a su vez,
mediadores bioactivos, han sido el tema de muchos estudios com-
prometidos con pruebas clínicas para combatir el cáncer. Aunque se
ha demostrado que los inhibidores de las MMP son agentes prome-
tedores anti cáncer, los resultados hasta ahora conseguidos no han
proporcionado los resultados esperados, lo cual ha hecho que se
replanteen nuevas evaluaciones de las estrategias inhibidoras de las
MMP (28).
Un tumor se inicia con eventos puntuales en una célula sana que
forma parte de un tejido, la cual va a ir desarrollando una serie de
características típicas del fenotipo tumoral: proliferación en ausen-
cia de señales de crecimiento; insensibilidad a las señales de parada
de la proliferación; escape de la apoptosis; capacidad de replicación
ilimitada; activación de la angiogénesis, invasión de los tejidos y
metástasis (29). Uno de los acontecimientos clave en la «maligniza-
ción» del tumor es la degradación de la ECM. Tanto para el creci-
miento del tumor como para la invasión del tejido, las células neoplá-
sicas deben degradar los distintos componentes de la matriz en la
que están embebidas. Igualmente, la degradación de la ECM es fun-
damental para la angiogenesis, o formación de vasos sanguíneos a
partir de la red sanguínea preexistente (30). En el cáncer, además de
las razones estructurales relacionadas con el crecimiento de la masa
tumoral y la invasión de los tejidos, la acción degradativa de las
MMP sobre la ECM juega un papel muy importante porque es capaz
de alterar las uniones célula-ECM y célula-célula, liberar, activar o
desactivar moléculas señalizadoras autocrinas o paracrinas y activar
o inactivar los receptores de la superficie celular. En general, el
papel de las MMP es crear un ambiente favorable para el desarrollo
del tumor, microambiente que promueve la «malignización». Por
este motivo, se estudian terapias antineoplásicas sobre la base de
modificar la acción de las MMP. Existen muchas referencias en este
sentido que generan ratones transgénicos y suprimidos (knock-out)
en los genes que codifican las MMP, los cuales se usan como modelo
en los estudios de desarrollo neoplásico, para identificar las mejores
dianas de uso terapéutico. Por poner algún ejemplo, se ha visto que
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