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VOL. 74 (1), 81-99, 2008  LOS PREMIOS NOBEL 2007 EN FISIOLOGÍA...

    Sin embargo, siendo este descubrimiento cierto, publicado en la
revista Nature en el mes de julio de 1981 y llevado a cabo en colabo-
ración con otro embriólogo, Martin H. Kaufman, no es menos cierto
que unos meses más tarde, en diciembre de 1981, la investigadora
Gail Martin, anterior colaboradora del propio Martin Evans, publicó
un trabajo científico en la revista Proceedings of the National Acade-
my of Sciences USA, describiendo el aislamiento y el cultivo de las
mismas células ES, también a partir de blastocistos de ratón (18),
utilizando otra cepa y un procedimiento distinto al usado por Martin
Evans (16) y, a la postre, el protocolo que posteriormente ha sido uti-
lizado de forma habitual en los laboratorios para el aislamiento de
nuevas células ES. Por ello, desde entonces, internacionalmente, la
«paternidad» de las células ES se atribuye, tanto a Martin Evans como
a Gail Martin, profesora del departamento de anatomía de la Univer-
sidad de California en San Francisco y actual directora del programa
de biología del desarrollo, quien sin embargo no ha merecido la mis-
ma atención por parte de la academia sueca para incluirla entre los
galardonados.

    Martin Evans, tras la inicial caracterización de las células ES en
1981, continuó explorando sus propiedades pluripotentes y demos-
tró, en 1984, que no sólo contribuían de forma muy importante a la
formación de quimeras, sino que lograban colonizar la línea germi-
nal del individuo quimérico resultante, consiguiéndose la transmi-
sión del genotipo celular inicial a las generaciones posteriores (19).
Este importante artículo tenía como primer autor a Allan Bradley,
actual director del The Wellcome Trust Sanger Institute.

    Seguidamente el laboratorio de Martin Evans se preocupó de
demostrar que era posible modificar genéticamente estas células ES
en cultivo y trasladar luego la modificación genética al ratón a través
de la línea germinal, utilizando a las propias células ES como ve-
hículo. Decidió intentarlo primero usando retrovirus (20), y logró
demostrar, en octubre de 1986, que era posible transmitir por línea
germinal en ratones el genotipo de células ES modificadas genética-
mente por vectores retrovirales (21), experimento que confirmaron,
apenas dos meses más tarde, de forma independiente, Achim Gossler
y colaboradores, en el laboratorio de Rolf Kemler (22).

    Nuevamente el trabajo del laboratorio de Martin Evans fue decisi-
vo en la creación del que se considera es el primer modelo animal,

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