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VOL. 74 (1), 81-99, 2008  LOS PREMIOS NOBEL 2007 EN FISIOLOGÍA...

    Mario Capecchi, junto con Oliver Smithies, tuvo la brillante idea
e imaginó que el proceso de recombinación homóloga, de aparea-
miento de hebras del ADN en razón de la similitud de secuencias, y
la posterior resolución del complejo con la alteración de la secuencia
primaria genética, podía ser usado específicamente para la modifi-
cación de genes en células de mamíferos (2, 3). Para ello optimizó
los métodos existentes de modificación genética celular e incorporó
la microinyección directa como protocolo que aumentaba la eficacia
del proceso hasta obtener un evento de recombinación homóloga
por cada 1.000 células microinyectadas (2). Posteriormente, trasladó
sus observaciones a las células troncales embrionarias pluripotentes
de ratón (células ES), que obtuvo del laboratorio de Martin Evans,
entre otros, con el objetivo de inactivar genes de forma específica,
mediante recombinación homóloga. Usó primero genes directamen-
te seleccionables, como el gen que codifica para la hipoxantina fos-
foribosil transferasa (HPRT) (4), cuyas mutaciones pueden seleccio-
narse en un medio de cultivo determinado; y, posteriormente, utilizó
en sus experimentos genes que no eran directamente seleccionables,
como el proto-oncogén int-2 (5), para lo cual diseñó lo que ha sido,
a la postre, probablemente su mayor contribución en el campo y lo
que le ha valido el reconocimiento internacional y todos los premios
recibidos, incluyendo el reciente Premio Nobel. Mario Capecchi di-
señó para estos genes, cuyas mutaciones no eran directamente selec-
cionables (esto es, la inmensa mayoría de los genes), el sistema doble
de selección positiva-negativa de clones de células ES recombinan-
tes portadores de la mutación específica deseada, mediante el uso
combinado de la resistencia al antibiótico neomicina, por incorpora-
ción de un gen que codificaba para la misma, y la mortalidad inhe-
rente de la timidina quinasa del virus del herpes en presencia de
análogos de nucleósidos, como el ganciclovir (6, 7) (Figura 2). Con
esta estrategia, de aplicación universal, llegó la verdadera revolución
en biología molecular del ratón, pasándose a obtenerse en los años
siguientes, y hasta la fecha, innumerables ratones mutantes portado-
res de mutaciones específicas, los denominados ratones knock-out,
utilizando la terminología anglosajona de origen pugilístico que tan
sucinta y estupendamente describe de forma muy obvia el proceso
realizado, la inactivación de un gen.

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