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LLUÍS MONTOLIU AN. R. ACAD. NAC. FARM.
Sin embargo, también pudo comprobar que el origen canceroso
de estas células determinaba la aparición de tumores en los ratones
quiméricos obtenidos, que no logragaban colonizar la línea germi-
nal, a la par que observó alteraciones cariotípicas graves en las cé-
lulas EC que desaconsejaban su uso como vehículo para trasladar
modificaciones genéticas al genoma del ratón (11).
Tras este fracaso inicial fijó su atención en las células embriona-
rias presentes en la masa interna celular del blastocisto, y descubrió
que tenían unas características similares a las células EC, en rela-
ción a las proteínas que sintetizaban, lo que sugería fuertemente
su probable pluripotencia (15). En efecto, al año siguiente, en 1981,
publicó su artículo científico principal, por el que se le reconoce
internacionalmente y por lo que se le premia ahora con el galardón
Nobel, demostrando el aislamiento y el establecimiento original de
cultivos de células embrionarias pluripotentes (células ES) obteni-
dos de la masa interna celular de blastocistos de ratón (16). Estas
células tenían un aspecto muy parecido a las células EC, formaban
teratomas in vivo con la aparición de múltiples tipos celulares al ser
inyectados en ratones atímicos, tenían el cariotipo estable propio de
las células de ratón (20 pares de cromosomas) y, lo que era más
importante, formaban «espléndidas quimeras», en palabras del pro-
pio Martin Evans (17) (Figura 3).
FIGURA 3. Células troncales embrionarias pluripotentes de ratón (células ES).
La fotografía muestra una colonia de células ES de la cepa R1 creciendo sobre un
césped de fibroblastos embrionarios de ratón (MEFs). Fotografía: Lluís Montoliu.
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