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BEATRIZ MARTÍNEZ POVEDA Y COLS. AN. R. ACAD. NAC. FARM.
tumoral. La generación local de especies reactivas de oxígeno por las
reacciones de fotosensibilización de tipo I y/o II daña las células
tumorales. Además de la muerte directa de las células tumorales,
la terapia fotodinámica produce profundos cambios en la vasculatu-
ra tumoral y puede producir una respuesta inflamatoria. Probable-
mente, todos estos efectos cooperan sinergísticamente en la erradi-
cación del tumor. Dados su carácter fuertemente fotosensibilizador
y su escasa toxicidad en oscuridad, la hipericina es un compuesto de
elección para la fototerapia dinámica: La fotosensibilización de cé-
lulas en presencia de hipericina desencadena la respuesta de diver-
sas rutas de bioseñalización, que conducen a distintas respuestas ce-
lulares (supervivencia, apoptosis o necrosis) en función del nivel de
estrés oxidativo producido, que —a su vez— depende de la dosis de
irradiación y de la concentración de hipericina utilizadas (13).
FIGURA 2. Estructuras químicas de la hipericina y la hiperforina.
Sin embargo, parece que diversos efectos de la hipericina se pro-
ducen en la oscuridad, bajo condiciones en las que el compuesto no
se ha fotoactivado. Entre estos efectos biológicos independientes de
fotoactivación se incluyen la inhibición catalítica de la actividad DNA
topoisomerasa II humana, así como actividades antivirales y antitu-
morales (14-17).
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