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MIGUEL F. BRAÑAY COLS. AN. R. ACAD. NAC. FARM.
INTRODUCCIÓN
La Aspirina es, prácticamente desde su introducción, el fármaco
más popular del mundo. Constituye o ha constituido el «analgésico
de bolsillo» genuino, siendo rara la casa donde no existe al menos
un envase de alguna de las formas de dicho medicamento o de al-
guno de sus genéricos. Nuestro gran filósofo, José Ortega y Gasset
sentía tal admiración por ella que denominó a nuestra época como
la Era de la Aspirina.
El nombre de Aspirina está registrado para el producto de La-
boratorios Bayer y el principio activo es el ácido acetilsalicílico 1
(Fig. 1). En las farmacopeas norteamericana y británica, e incluso
en el Index Merck, no se emplea la Denominación Común Interna-
cional (INN) para dicho principio activo, sino que aparece como
Aspirin.
FIGURA 1. Ácido acetilsalicílico.
Los salicilatos poseen, entre otras, acción analgésica, antiinfla-
matoria y antipirética. Estas actividades ya fueron conocidas entre
los egipcios. En el año 1862, un arqueólogo y comerciante en anti-
güedades inglés Edwin Smith, adquirió unos rollos de papiro corres-
pondientes al año 1534 a.C., que constituían un tratado de medicina
de la época (actualmente se conserva en Nueva York con el nombre
de Papiro de Smith). En dicho tratado se establecen principalmente
una serie de tratamientos quirúrgicos, que se acompañan con algu-
nos métodos curativos a base de plantas medicinales. Una de ellas,
la corteza del Tyeret, o sauce blanco (Salix alba L.), que crecía salvaje
en los humedales del Nilo. También en el famoso Papiro de Ebers
se contempla el uso del sauce. En la antigua china era conocida la
actividad de la madera de sauce para tratar a los enfermos reumá-
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