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JUAN RAMÓN LACADENA CALERO AN. R. ACAD. NAC. FARM.
Cada célula receptora olfativa (olfactory) posee un solo tipo de
receptor olfativo (odorant) y, a su vez, cada receptor puede detectar
un número limitado de sustancias olorosas (odorant); es decir, cada
una de nuestras células receptoras olfativas (olfactory) está altamen-
te especializada para unos pocos olores.
Los estudios pioneros de Axel y Buck partieron de un trabajo
conjunto que publicaron en 1991 en la revista Cell, en el que des-
cribían en ratas la clonación y caracterización de 18 miembros
diferentes de una familia multigénica extremadamente grande (posi-
blemente, varios centenares de genes) que codifica para siete do-
minios proteicos transmembrana cuya expresión está restringida al
epitelio olfativo, concluyendo que la familia de genes descubierta
codifica para receptores olfativos.
La estrategia experimental diseñada por Axel y Buck para aislar
los genes que codifican para receptores olfativos la basaron en los
tres supuestos siguientes: 1) los receptores olfativos deberían de
pertenecer a la superfamilia de receptores proteicos que transducen
señales intracelulares por acoplamiento a proteínas que se unen a
GTP; 2) el elevado número de moléculas químicas olorosas diferen-
tes que existe sugiere que los propios receptores olfativos deberían
mostrar una gran diversidad y, consecuentemente, estar codificados
por una familia multigénica; 3) la expresión de los receptores olfa-
tivos debería estar restringida al epitelio olfativo.
La identificación en el epitelio olfativo de la superfamilia protei-
ca con los siete dominios transmembrana se llevó a cabo por ampli-
ficación del ADN homólogo de los genes de la superfamilia génica
mediante la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) a partir del
ARN aislado de células del epitelio olfativo.
Con posterioridad a este trabajo pionero, Richard Axel y Linda B.
Buck continuaron sus investigaciones de forma independiente aun-
que a veces por rutas paralelas. Gracias a sus estudios llegaron a
clarificar el sistema del olfato desde el nivel molecular al de organi-
zación topográfica celular. Por ejemplo, las neuronas olfativas que
expresan un determinado receptor olfativo se proyectan con preci-
sión a 2 de los 1.800 glomérulos dentro del bulbo olfatorio para
crear un mapa topográfico de calidad olorosa. Pues bien, Axel y
colaboradores (Wang et al., 1998) demostraron que mutaciones por
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