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VOL. 71 (1), 225-234, 2005  NECROLÓGICA DON PABLO SANZ PEDRERO

lirones, esas preciosas flores amarillas en forma de trompeta que
hicieron famosos a los daffodils de Cambridge.

    Pablo, siendo científico, era un humanista; vivió, como diría Or-
tega: «caminando hacia una meta». Su inquietud lo llevaba a parti-
cipar en numerosas actividades culturales; era frecuente encontrarlo
en muy diversos acontecimientos acompañado de Mercedes. Las
vacaciones de verano las pasaba en su casa de la tierra de campos
a orillas del Volpajera, donde se libró la batalla del mismo nombre
entre Sancho II de Castilla y Alfonso VI de León, en la que, según
la tradición, participó el Cid. Sus paseos a la puesta del sol seguía
las labores del campo con interés, era hombre de campo, hijo de
labrador. No era cazador, pero a veces, acompañado de algún sobri-
no, tiraba a las perdices y solía traer alguna de ellas a casa para dar
trabajo en la cocina. Antes de terminar, no quisiera dejar de citar a
las Instituciones, compañeros y discípulos más allegados que le
honraron con su reconocimiento y amistad. Sus amigos eran nume-
rosos y aunque sólo lo fueran por ser amigos de Pablo, eran ilustres.

    Destacamos al eminentísimo Señor Cardenal de la Diócesis de
Madrid, Doctor Don Antonio María Rouco Varela; al profesor Shü-
ller, presidente de la Real Academia Nacional de Medicina; a Sán-
chez del Río, presidente de la Real Academia de Ciencias; a Fraga
Iribarne, Presidente de la Comunidad gallega; Del Castillo García,
Decano de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense;
a Miñones Trillo, Decano de la Facultad de Farmacia de Santiago;
los jesuitas Rodríguez Izquierdo, Álvarez-Quiñones y Díaz de Rába-
go, y ya sin mencionar títulos que alargarían mucho esta relación,
Senent Pérez, Manuel Ortega Mata, Serafín García, Cortijo Mérida,
García Blanco, Varela Iglesias, Ruiz Cabello, Chantres, Begoña y
Mariam Elorza, José González Jiménez, López Fonseca, Benito Re-
gueiro, Jaime González Carreró, José Luis Vila Jato, Calleja, Con-
cheiro, De Miguel, Recio Pascual, Ortiz Manchado, Rosa Castro,
Palomares Ibáñez, y etc., etc.

    Un rasgo importante de Pablo era su patriotismo, entendido éste
no como patrioterismo. La palabra «patria» procede de pater, es
decir, del grupo familiar, ampliado. El hombre, ser social por exce-
lencia, se constituye formando grupos que comienzan con la familia,
sigue con el clan, la tribu, el pueblo, la nación, etc., que son los

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