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VOL. 71 (1), 225-234, 2005 NECROLÓGICA DON PABLO SANZ PEDRERO
pluma a Otero, Cadórniga, Cabezas, Domínguez Gil Urlé, Espinós,
Ruiz Amil, Antonio Martínez, Giráldez, Serranillos, Miñones y yo
mismo. Colaboró con los magníficos y sucesivos Presidentes de la
Academia, los Doctores Santos Ruiz, Cadórniga, Villanueva y Reol.
Mucho le gustaba al Profesor Sanz Pedrero destacar que tuvo el
privilegio de ocupar un despacho en el Antiguo Colegio de Fonseca,
creado en 1857, siendo ministro de Instrucción Pública Don Claudio
Moyano Samaniego, curiosamente antepasado de Mercedes Pastor
Moyano, la esposa de Pablo. Don Claudio Moyano fue el autor de la
famosa Ley Moyano, que reguló y modificó las materias a impartir
en las nuevas Facultades de Farmacia. En homenaje a Claudio
Moyano, Madrid le dedicó una calle en la que se siguen vendiendo
libros de segunda mano, importante referente en la historia cultural
de Madrid.
Santiago fue un hito en su vida familiar y universitaria. Por los
claustros de Fonseca pasaron alumnos insignes como Don José Ro-
dríguez Carracido, Catedrático de Química de la Universidad de Ma-
drid, y después Rector de dicha Universidad. El Doctor Antonio
Casares Rodríguez, primer decano de la Facultad de Farmacia com-
postelana, y luego Rector de aquella Universidad, entre otros miem-
bros gloriosos ligados a esta mítica Institución Universitaria. Pablo
comenzó su andadura universitaria en una de las épocas más difíci-
les para la docencia y la investigación científica, pero se suplía con
ilusiones y promesas, lo que normalmente deberían haber sido rea-
lidades.
Durante todos estos años, Pablo desarrolló en la Academia una
importante labor científica. Pablo no era un asistente pasivo de
nuestras sesiones. Como ejemplo de lo que decimos, debo destacar
sus Conferencias de los jueves desde nada menos que en 1957, en la
que versó sobre «La determinación polarográfica de cantidades mí-
nimas de manganeso en presencia de otros metales». En todas sus
conferencias dadas en esta casa vertía su amplia preparación básica
y su propia experiencia personal. Exponía con clara sencillez, sin
presunción, pero con autoridad. De todas ellas guardo un excelente
recuerdo, pero quisiera destacar la auténtica lección sobre la fisico-
química del agua formando parte de un Seminario sobre el Agua,
porque gracias a ella aprendí algo de la maravilla que encierra una
molécula de H2O. Consciente de la importancia que para la salud
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