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MANUEL DOMÍNGUEZ CARMONA AN. R. ACAD. NAC. FARM.
tienen los metales que aún en mínimas cantidades están en el aire,
agua y alimentos, impartió una serie de conferencias relacionadas
con esta problemática y especialmente bajo el prisma de las técnicas
de análisis polarográfico y espectroscópico como las tituladas: «De-
terminaciones espectrofotométricas del mercurio en orina y la de
otros metales biológicos», «Nuevo método polarográfico para la de-
terminación del manganeso en los cereales cultivados en España»,
«Determinación del plomo y otros metales en sangre y orina por
espectrofotometría». Memorable fue su lección titulada «Toxicología
del óxido de carbono y la técnica de su determinación en el aire».
Además intervenía a menudo en las sesiones presentadas por otros
Académicos, sin humillar a quien le hubiera interpelado y participa-
ba muy activamente en las reuniones en las que se gestionaba la
administración de esta casa, dando su opinión siempre oportuna y
sensata.
Pablo, también era Pedro, es decir, como el Apóstol, era piedra
o de otro modo fortaleza, seguridad y firmeza que trascendía a todos
y a todo. Es posible que hoy día en la que todo es acomodaticio, la
firmeza de Pablo pudiera ser considerada rigidez e intolerancia, pero
en lo importante hay que ser firmes para servir de apoyo a quienes
somos débiles. Firmeza que no excluía la benevolencia, la tolerancia,
el diálogo y la cordialidad; intolerancia, sin transigir con el error y
aún menos con la mentira y con la cobardía de los tibios. No se va
al desierto a ver el bamboleo de una caña movida por el viento, sino
a quien dice la verdad y la mantiene; vehemente, defendiendo sus
posiciones, después de larga reflexión. Cuando tomaba una decisión,
era muy meditada, apoyando sus argumentos en la razón y la defen-
día desde el respeto hasta las últimas consecuencias; algún compa-
ñero le decía en tono cariñoso: «Pablo eres un tanque». Sabía ganar
y perder, confesaba aprender más de los fracasos que de los éxitos
y todo lo hacía con entusiasmo, palabra que etimológicamente sig-
nifica «estar poseído por el espíritu de Dios».
Fuerte, recio como un roble o, si se quiere, como un carballo,
pues en ambas regiones españolas Castilla y Galicia se formó y for-
mó a otros. Recto, insobornable y lo era cuando fue Excmo. y Mag-
nífico Señor Rector de la querida Universidad Compostelana o cuan-
do impartía su magisterio en la Universidad Complutense y en la
citada de Santiago de Compostela o, simplemente, como Pablo cuan-
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