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VOL. 71 (1), 127-151, 2005 LA MAQUINARIA MOLECULAR DE LA EXOCITOSIS...
LA CÉLULA CROMAFÍN DE LA MÉDULA ADRENAL
COMO MODELO EXPERIMENTAL EN ESTUDIOS
SOBRE LA NEUROSECRECIÓN
La médula adrenal constituye la porción central de la glándula
adrenal de los mamíferos, siendo una estructura neuroendocrina que
funcionalmente se integra dentro del sistema nervioso autónomo y
que puede considerarse como un ganglio simpático modificado. El
parénquima de la médula adrenal lo forman las células cromafines
que almacenan catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) en el in-
terior de gránulos citoplásmicos denominados cromafines por su afi-
nidad por las sales de cromo, que les confieren una coloración amari-
llo parduzca al microscopio óptico. Las catecolaminas son liberadas
al torrente circulatorio en situaciones de estrés por un mecanismo tí-
picamente exocitósico (22, 23). A este respecto, cabe señalar que en
las células cromafines —al igual que en otras células neuroendocri-
nas— se ha descrito la presencia de la gran mayoría de las proteínas
que han sido identificadas en las terminaciones sinápticas (Tabla 1)
(24, 25, 26, 27, 28). El acoplamiento excitación-secreción se inicia
cuando las moléculas de acetilcolina procedentes de las terminacio-
nes de las fibras preganglionares del nervio esplácnico se combinan
con receptores nicotínicos o muscarínicos de la membrana celular. La
activación de los primeros da lugar a una despolarización de la mem-
brana celular que se sigue de la descarga de potenciales de acción
debidos tanto a la apertura de canales de Na+ como de Ca2+ dependien-
tes de voltaje, con la consiguiente elevación de la concentración cito-
sólica de Ca2+ que es la señal que desencadena la exocitosis (29).
La preparación de médula adrenal habitualmente empleada en
los estudios de neurosecreción son las células cromafines aisladas.
Las células cromafines son fácilmente obtenibles por digestión enzi-
mática, adoptando una morfología esférica en cultivo, lo que facilita
enormemente la aplicación de técnicas biofísicas capaces de medir
la exocitosis en la escala de tiempo de los milisegundos, que es en
la que este fenómeno se produce en los seres vivos. Entre estas téc-
nicas destaca la electrofisiológica del «patch-clamp», que en su confi-
guración de célula completa permite fijar el potencial de membrana
y, eventualmente, registrar las corrientes eléctricas generadas por el
flujo de iones a través de los canales de la práctica totalidad de la
membrana celular (30). Esta configuración posibilita también el con-
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