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E. MUÑOZ Y M.ª E. LÓPEZ-OLIVA AN. R. ACAD. NAC. FARM.
Su importancia en el crecimiento fetal se deduce de la posible
asociación entre la aparición de riesgo fetal y la existencia de bajas
concentraciones de la hormona. Así, hasta un 57% de neonatos
con retraso en el crecimiento y una mortalidad perinatal del 13%,
parecen depender de un déficit en la secreción de lactógeno placen-
tario (5).
Es posible su participación en el depósito graso que se produce
en los tejidos maternos en las primeras etapas de gestación, por su
capacidad de estimular la captación de glucosa, glicerol y ácidos
grasos libres, en adipocitos aislados de rata(20).También puede con-
tribuir a la hiperglucemia postpandrial y a la hiperinsulinemia que
aparece en la mujer gestante a partir del segundo tercio de la ges-
tación, al reducir la sensibilidad tisular a la insulina y desencadenar
una intolerancia a los carbohidratos, de forma semejante a la hor-
mona GH (21). Su capacidad de incrementar la lipólisis (22), facilita
la utilización de los ácidos grasos libres por parte de la madre y el
ahorro de glucosa para el feto en situaciones de ayuno, aunque no
parece probable que intervenga en respuesta a cortas fluctuaciones
en la disponibilidad de nutrientes, puesto que la concentración plas-
mática de los distintos metabolitos, ejercen muy poco efecto sobre
la hormona.
Entre las acciones no metabólicas del lactógeno placentario des-
taca su capacidad mamotropa, mediante la cual estimula el epitelio
glandular y ductal de la mama, facilitando el crecimiento mama-
rio antes del parto. Además, a través de su acción a nivel hipotalá-
mico (5), parece inducir modificaciones en la conducta materna, en
relación con la nutrición y el cuidado del recién nacido.
Eje somatotrópico materno-placentario (GH-IGF-I)
El déficit de GH y/o del factor IGF-I en el plasma materno, tanto
en la gestación humana (23) (24) como en la animal (25), se asocia
con retrasos en el crecimiento intrauterino. Ello parece señalar, que
el eje somatotrópico materno, influye decisivamente en el crecimien-
to del feto, al capacitar a la madre a adaptarse a la nueva situación,
coordinando la distribución y utilización de los nutrientes entre los
tejidos materno, placentario y fetal y poder así sostener la gestación.
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