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VOL. 69 (4), APORTACIONES DE LIEBIG A LA NUTRICIÓN
El Dr. Beaumont había despertado mucho interés en las reuniones
médicas británicas por haber publicado en 1833 en Boston (EE.UU) un
libro donde describe una serie de experimentos sobre la digestión gástrica,
realizados con Alexis St. Martin quien tenía en la pared del abdomen un
orificio bastante grande que comunicaba directamente con el interior de
su estómago.
Alexis St. Martin era un joven cazador franco canadiense a quien se le
disparó accidentalmente un rifle que le produjo una grave herida que le
afectaba al tórax y al abdomen. El Dr. Beaumont, entonces oficial médico
de Fort Mackinac, hizo las primeras curas al herido y su pronóstico fue
muy pesimista. Sin embargo y ante el asombro general, después de pasar
un año en cama en el hospital, St. Martin se fue recuperando lentamente
hasta recibir el alta médica. Pero la cicatrización, tuvo lugar uniéndose los
bordes de la herida gástrica con los de la abertura originada por el disparo
en la pared abdominal, lo que le dejó como secuela, un hueco o fístula
permanente por donde podía contemplarse lo que ocurría en el estómago.
El Dr. Beaumont, comprendiendo la gran oportunidad que suponía la
fístula para profundizar en los estudios de la fisiología de la digestión, no
solo convenció a St. Martin para que compartiera con él su domicilio,
sino que lo alimentó y cuidó con todo esmero hasta que recuperó por
completo la salud. Entonces firmaron un contrato en el que St. Martin se
comprometía “a ir, viajar y residir en cualquier parte del mundo” con el
Dr. Beaumont y “a someterse, ayudar y promover con todas sus fuerzas
los experimentos” del citado doctor.
Los más de 200 experimentos realizados en el estómago de St. Martin
los recoge Beaumont en un libro que publicó a mediados de 1833 y que
como facsímil se reprodujo en 1929, precedido de un prólogo de Sir W.
Osler. Sirvieron para demostrar que la teoría que decía que los alimentos
se digerían por putrefacción, trituración, fermentación y maceración era
totalmente falsa. Comprobó asimismo que la disolución de la carne en el
estómago era un proceso químico, como había postulado Liebig, realizado
por un componente gástrico que era el ácido clorhídrico, y observó que el
jugo gástrico lo producían unas pequeñas glándulas de la mucosa que
vertían directamente en el estómago y vio que tanto su volumen como su
carácter estaban influenciados por el tipo de alimentación, las alteraciones
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