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Aportaciones del Barón Justus
von Liebig a la nutrición
BERNABÉ SANZ PÉREZ
Académico de Número de la Real Academia Nacional de Farmacia
1. ANTECEDENTES
Durante el siglo XVIII y primeros lustros del XIX todavía eran muy
pocos los conocimientos nutritivos y muchos de ellos eran de naturaleza
especulativa y basados en los 4 principios aristotélicos y en las
enseñanzas de Galeno, a las que se aferraban la mayoría de los médicos
en ejercicio.
De hecho de desconocía la composición química de los alimentos, se
carecían de ensayos químicos fiables y algunos instrumentos tan
utilizados después, como la balanza, el microscopio y los higrómetros
estaban en sus primeras fases de desarrollo. Sin embargo, los deseos de
saber y experimentar eran más fuertes que nunca a lo que contribuyeron
muchas figuras señeras que vivieron en los siglos XVII y XVIII y que
iniciaron entusiásticamente el despertar científico (Galileo, Malpighi,
Gay-Lussac, Van Leeuwenhoek, Robert Boyle y otros muchos cuyos
trabajos tanto contribuyeron al avance de la ciencia de los siglos XVII –
XVIII). La Royal Society Británica, fundada en 1662 y la Academie des
Sciences francesa, nacida dos años más tarde, constituyeron lugares de
encuentro de cuantos participaron en el despertar científico.
Era muy poco lo que se sabía sobre digestión de los alimentos ya que,
como acabamos de señalar, predominaban las ideas de Galeno. Sin
embargo, fue a mediados del decenio de 1620, cuando un profesor de la
famosa Universidad de Padua, Sanctorius, describió en su Medicina
Statica la llamada perspiratio insensibilis, esto es, la pérdida de peso que
no puede explicarse en su totalidad por la eliminación de orina y heces.
Para ello ideó una cámara en la que situó una silla que pendía del brazo de
una romana. Sentado en la silla, después de ingerida una comida copiosa,
iba registrando las pérdidas de peso indicadas en la romana. Concluyó