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VALENTÍN GONZÁLEZ ANAL. REAL ACAD. FARM.
empieza a pensar en irradiar hierbas y especias, para la eliminación de
gérmenes.
Probablemente su baja utilización se deba a las connotaciones
negativas que tienen, para la población, las radiaciones y su
desconocimiento de la diferencia entre contaminación e irradiación. El
hecho es que, incluso en los países en los que se utiliza para conservar
alimentos, como es en EE.UU., la venta de estos productos se realiza en
áreas comerciales especiales y con etiquetado específico.
La irradiación es un procedimiento de conservación,
suplementario al frío, y evita la adición de algunos gases tóxicos (óxido
de etileno, óxido de propileno, etc.) Desde luego, no quedan restos de
radiactividad después de la irradiación, como no quedamos radiactivos
después de una radiografía.
Se cree que la utilización generalizada de esta tecnología es
cuestión de tiempo e información del público. Hoy día, al menos 37
países irradian alimentos y se venden en 28, desarrollados y en vías de
desarrollo. En la UE es habitual irradiar los alimentos para enfermos
inmunosuprimidos, en Finlandia, Reino Unido y Holanda, ya que se
reduce considerablemente el riesgo de infección externa y, por tanto, de
mortalidad.
3.5. RESIDUOS RADIACTIVOS
En cualquiera de las utilizaciones de los radisótopos se generan
residuos radiactivos, que son cualquier material de desecho, para el que
no se prevé una utilización posterior, que esté contaminado con
radisótopos, en cantidades superiores a las definidas como radiactivo por
la autoridad competente, en materia de protección radiológica.
Esta definición, compleja, se debe a que, como ya se ha
comentado, la radiactividad natural está tan extendida que, incluso, el ser
humano contiene radiactividad. Por ello, es necesario definir valores, por
debajo de los cuales un material puede usarse o gestionarse como no
radiactivo, desde el punto de vista de la protección de las personas y el
ambiente.
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