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VOL. 67, (4) 2001 RADIACTIVIDAD Y SALUD
Como ejemplos pueden citarse la utilización de I131 para
tratamiento del hipertiroidismo y del cáncer de tiroides, de P32 para el
tratamiento de la policitemia y la leucemia. Estos procedimientos
terapéuticos precisan la ingesta de los radisótopos, en la forma compuesta
adecuada.
Hay otros procedimientos, fundamentalmente para tratar el cáncer,
en los que se utilizan fuentes externas de radiación, como irradiadores de
Co60 y Cs137. Sin embargo, los problemas asociados a los radisótopos, y
las nuevas tecnologías desarrolladas, particularmente en el campo de los
aceleradores de partículas, han hecho que estos equipos hayan
desplazado, en muchos casos, a las fuentes encapsuladas. La ventaja
fundamental que presentan es la ausencia de radiaciones cuando no están
en operación, análogamente a lo que ocurre con los tubos de rayos X. Es
muy importante, como en todo aparato en el que se maneja un fenómeno
físico, calibrarlo periódicamente para estar seguro de que las dosis
suministradas son, realmente, las establecidas.
La terapia es una utilización de los radisótopos, que se inició al
poco del descubrimiento de la radiactividad. Se basa en los efectos de las
radiaciones en la materia viva. Por ejemplo, en caso de carcinomas se
utilizan dosis de radiaciones altas, para destruir las células cancerosas. Al
principio, se utilizó Ra226, construyéndose en forma de aguja, para
clavarla en el centro del foco canceroso, y así destruir las células
enfermas. Posteriormente, se refinó la técnica, de manera que utilizando
radisótopos emisores gamma, con gran energía, se colimaba la radiación,
aplicándola directamente sobre la zona enferma. Los radisótopos
utilizados suelen ser el Cs137 y el Co60.
3.2. PRODUCCION DE ENERGIA
El primer reactor de producción de electricidad que se conectó a la
red fue el de Calder Hall, en el Reino Unido, en 1.956. La producción
electronuclear tuvo un crecimiento muy rápido, llegando a suministrar, en
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