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VALENTÍN GONZÁLEZ ANAL. REAL ACAD. FARM.
? Que tenga un proceso de producción sencillo y barato.
? Que el período de semidesintegración del radisótopo sea corto y que la
vida media efectiva del radiofármaco sea igualmente corta, aunque
suficiente para completar el estudio en cuestión.
? Que no emitan partículas, es decir, radisótopos emisores gamma,
fundamentalmente, ya que las partículas, sean generadas por emisores
alfa, o beta, siempre causan daño a los tejidos. En un gran número de
aplicaciones se usa el I131, que es emisor beta, al no existir un emisor
gamma que pueda sustituirlo.
? Que sea muy selectivo, para fijarse en el órgano o tejido objeto de
estudio, ya que si no es así, irradiará otros órganos o tejidos de forma
innecesaria.
Los radiofármacos suelen utilizarse para diferentes ensayos en medicina
nuclear; algunos cumplen solo una parte de las condiciones necesarias,
por lo que, siempre es necesaria la investigación y desarrollo de otros
nuevos, más específicos, y que mejoren la diagnosis.
En el diseño de un nuevo radiofármaco, deben plantearse las
siguientes cuestiones: que información se necesita obtener del estudio,
como formularemos el nuevo producto, que complejidad presenta el
procedimiento de preparación y que resultados dará en los ensayos
clínicos específicos.
Para definir el radiofármaco más adecuado para un ensayo
determinado, resulta de gran utilidad conocer el mecanismo de fijación en
el órgano o tejido en el que ha de localizarse, así como su participación en
la función fisiológica de ese órgano. Por ejemplo, no es lo mismo evaluar
el estado funcional del hígado, donde el radiofármaco ha de ser
compatible con los hepatocitos, que determinar su situación estructural,
para lo que podría utilizarse un radiofármaco coloidal, que será eliminado
por los fagocitos del hígado.
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