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científica se hace cada vez más prolija, hasta el punto de que incluso ANALES
puede llegar a suplantar a la propia experimentación. A este res- RANF
pecto, el premio Nobel de física Roger Penrose – nada sospechoso
de estar en contra de las matemáticas en ningún ámbito, dada su www.analesranf.com
condición de físico teórico y matemático – decía que la coherencia
matemática está lejos de ser un criterio suficiente para decirnos si que cada punto del espacio-tiempo cuatridimensional estaría rode-
es probable que estemos en la pista correcta; de hecho, normal- ado por una minúscula dimensión “compacta”, que él calculó que
mente son las condiciones físicas las que tienen la mayor importan- tendría un radio de 10-30 cm, es decir, varias órdenes de magnitud
cia (9). más pequeño que el del átomo del hidrógeno, de 10-8 cm. La incor-
poración de estas dimensiones compactas adicionales – que estarían
Como el propio Penrose indica, el progreso de la ciencia enrolladas sobre sí mismas – resultaron muy útiles en la formula-
física se ha conseguido al encontrar el equilibrio correcto entre las ción matemática para incluir a las fuerzas nucleares débil y fuerte
restricciones, tentaciones y revelaciones de la teoría matemática, en el modelo atómico; en una primera formulación se añadieron
por una parte, y de la observación precisa de las acciones del mundo otras cinco a las cinco previas, lo que nos lleva a las 10 dimensiones
físico, por otra, normalmente mediante experimentos cuidadosa- de las primeras versiones de la “teoría de cuerdas”.
mente controlados. El riesgo ocurre – como afirmaba Guillermina
Díaz – cuando la matemática se establece como una cárcel de la Una “cuerda” es definida como una especie de hilo unidi-
realidad, momento en el que la matemática pierde por completo mensional en vibración, que sería el constituyente de las partículas
todo su sentido (10). de materia (fermiones) y de interacción (bosones), las cuales solo
se diferenciarían según el modo de vibración de la cuerda, y gracias
Lo que le proporciona al agua sus características físico- a las dimensiones extra “compactas”, las trayectorias de las partí-
químicas tan particulares – tanto que, gracias a ellas, existe la vida culas no serían líneas sino planos envolventes o tubos. De acuerdo
– no es la estructura aislada de su molécula (dos átomos de hidró- con Edward Witten, las diversas versiones de la teoría de cuerdas
geno unidos a uno de oxígeno: H2O) sino los efectos de las interac- formarían parte de una teoría más general, la “teoría M”, la cual
ciones que se producen cuando se juntan muchas de ellas. Es decir, requiere una dimensión extra adicional hasta totalizar 11. Versiones
hay propiedades que emergen de la multiplicidad, como una ma- posteriores de la teoría de cuerdas elevan el número de dimensiones
nifestación de la complejidad. hasta 26.
Algunos científicos consideran que algo parecido puede Sin embargo, conviene no olvidar que todas ellas no son
suceder con el espacio y con otros elementos que, hasta ahora, con- más que modelos matemáticos, aunque extremadamente sofistica-
siderábamos como constituyentes primarios – irreductibles – de la dos e incluso intrigantes – algunas evidencian interconexiones in-
realidad, como la energía, el tiempo o la materia. Según esta pers- esperadas entre diversas ramas fundamentales de las matemáticas
pectiva, el continuo espacio-tiempo podría considerarse como un – pero que están muy lejos de ser demostrables empíricamente.
fenómeno que emerge a partir de algo más fundamental; es decir, Por otro lado, la(s) teoría(s) de cuerdas (o de supercuerdas, si se
no sería un elemento de partida, sino una consecuencia – un resul- considera la supersimetría) se enfrenta con el reto de no ser una
tado – de la complejidad. En términos matemáticos, una dimensión teoría científica en sentido estricto, ya que presenta una enorme
no es más que es un eje de coordenadas, un concepto simbólico abs- multiplicidad de posibles soluciones, lo que le hace perder su capa-
tracto que no está necesariamente vinculado al mundo material. cidad predictiva. Con todo, incluso aunque no se correspondiese con
la verdad profunda de la realidad, la teoría de cuerdas – incluyendo
Albert Einstein unificó con su teoría de la relatividad es- las dimensiones “extra” – ha hecho notables aportaciones a la fun-
pecial el espacio y el tiempo, reduciendo las categorías físicas fun- damentación matemática de la ciencia.
damentales a tres: espacio-tiempo, materia y energía; y no se
conformó solo con eso, sino que con la relatividad general incluyó 4. REPRODUCIBILIDAD Y REPETIBILIDAD EXPERIMENTAL
a la gravedad en la estructura del propio espacio-tiempo, conside-
rándola como una deformación de éste, es decir, un elemento geo- Como indicábamos anteriormente, la teoría y la experi-
métrico. Theodor Kaluza consideró que el electromagnetismo mentación son las dos caras inseparables de la ciencia. Sin embargo,
también podría ser explicado como un artefacto de la geometría las pruebas o evidencias experimentales proporcionadas por un es-
del espacio-tiempo, comprobando que esa nueva dimensión – la tudio científico proceden tanto de construcciones artificiales en torno
quinta, tras las cuatro espacio-temporales “convencionales” – en- a una hipótesis fundamentada y formalizada matemáticamente,
cajaba perfectamente en la formulación matemática. Para intentar como de determinaciones precisas de parámetros que han de poder
darle un sentido físico a esa dimensión extra, Oskar Klein propuso ser reproducibles. Con todo, la relación entre la experimentalidad
y el marco conceptual científico – la teoría – es siempre compleja,
entre otros muchos motivos, porque los criterios empleados en la
verificación experimental inevitablemente son diversos, evolucionan
Epistemology of measurement
34 Santiago Cuéllar Rodríguez
An. Real Acad. Farm. Vol. 88. Nº 1 (2022) · pp.31-44