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ANALES mia de cólera -Vibrio cholerae- en la que murió una cuarta parte
de la población. La enfermedad se contraía consumiendo agua o
RANF alimentos contaminados por las heces de las personas que tienen
este mal. Recordemos que no había ni antibióticos ni vacunas y la
www.analesranf.com única forma de tratamiento era la cuarentena (29), que en Amor...,
no es una cuarentena sino un sitio que se anunciaba con banderas
autor. Para ello hay que tener en cuenta que Colombia es conocido amarillas en los barcos y un cañonazo cada cuarto de hora:
como el país de la megadiversidad y posee un clima tropical muy
matizado por sus diferentes altitudes (1), algo que condiciona la “Desde que se proclamó el bando del cólera, en el alcázar
expansión de las epidemias y prevalencia de enfermedades. Un de la guarnición local se disparó un cañonazo cada cuarto de hora,
ejemplo muy claro es el paludismo, que existe en todavía en algunas de día y de noche, de acuerdo con la superstición cívica de que la
zonas rurales de Colombia, pero afecta a poca población, dado que pólvora purificaba el ambiente. El cólera fue mucho más encarni-
la mayoría de la gente vive a más de 1500 metros de altura -donde zado con la población negra, por ser la más numerosa y pobre, pero
el riesgo de transmisión de la enfermedad es menor- y además exis- en realidad no tuvo miramientos de colores ni linajes. Cesó de
ten tratamientos combinados -higiene pública, menor índice de vul- pronto como había empezado, y nunca se conoció el número de sus
nerabilidad y medicamentos- (25), estos últimos ya recomendados estragos, no porque fuera imposible establecerlo, sino porque una
por Celestino Mutis, cuando en 1785 recomendaba “quina a puña- de nuestras virtudes más usuales era el pudor de las desgracias pro-
dos” (26). pias” (p.164-165).
En siglos anteriores, la región se vio afectada por la vi- La gonorrea o blenorragia -Neisseria gonorrhoeae- es
ruela, bocio, focos de fiebre amarilla, malaria y lepra, siendo con- una enfermedad que aparece de forma recurrente en las novelas
tenidas más o menos las dos primeras por fenómenos de estudiadas, y será descrita en la parte final de este trabajo.
inmunización o autoinmunización (25). Pasando a la época que nos
ocupa -siglo XIX y primera mitad del siglo XX-, el autor nombra la 3.3 Remedios de origen vegetal
lepra, la filariasis árabe, el cólera y la gonorrea. Con el propósito de hacer más asimilable los contenidos
La lepra -Mycobacterium leprae- es una enfermedad aso- que aparecen en este trabajo, pasamos a comentar las plantas usa-
ciada a condiciones de pobreza, hambre y guerras, en el caso de das - demás remedios- reunidas en grupos temáticos en función de
Colombia se llegó a decir que el país era la primera “potencia mun- su naturaleza. Al final del texto aparece una tabla con el nombre
dial de leprosos” (27), caso que no pasa inadvertido para el narra- científico de las plantas nombradas.
dor y hace referencia al lazareto de Cartagena de Indias y a la
vivencia siguiente: En El otoño… aparece el siguiente párrafo:
“y cultivando plantas de botica para las emergencias de
“El embajador Palmerston, uno de los últimos diplomáti- los vecinos que la despertaban a medianoche con que tengo un es-
cos que le presentó las cartas credenciales… contaba en sus me- pasmo de vientre, señora, y ella les daba a masticar semillas de
morias prohibidas…nadie me dio razón de nada en alcabalas y mastuerzo, que al ahijado tiene el ojo torcido, y ella le daba un ver-
oficinas y tuve que valerme de los leprosos y los paralíticos que ya mífugo de epazote, que me voy a morir, señora, ero no se morían
habían invadido las primeras habitaciones privadas” (El otoño…, porque ella tenía la salud en la mano” (p.166).
p.99-100). El autor emplea el mastuerzo, con acción de tónico esto-
macal según Font-Quer (30), el epazote o paico, un vermífugo muy
La elefantiasis árabe o potra es una hernia de escroto cau- potente (31). Parece indicar que a los mastuerzos -necios y zafios-
sada por una filaria (Wuchereria brancofti) transmitida por mos- los trata con semillas de la planta con el mismo nombre, y al ojo
quitos que viven en aguas estancadas y no tratadas. Entonces no torcido -posiblemente se refriere a zurumbático o persona lela o
tenían tratamiento farmacológico, aunque se usaron decocciones de pasmada- les aplica un purgante fuerte. El mismo autor, en su am-
orquídeas y aceite de copaiba (Copaifera officinalis) sin éxito, “si bigüedad calculada, manifiesta su “confianza” en las plantas me-
bien los potrosos soportaban esta enfermedad no sólo sin pudor dicinales, cuestión que pone en duda en otros sucesos como veremos
sino inclusive con cierta insolencia patriótica” (28). De El otoño…, más adelante.
recogemos el siguiente párrafo: En Cien… aparecen remedios vegetales caseros: jarabe
de totumo, agua de bija, pócimas de paico y aceite de ricino para
“y él alegaba muerto de risa que si Dios es tan macho
como usted dice dígale que me saque este cucarrón que me zumba
en el oído, le decía, se desabotonaba los nueve botones de la bra-
gueta y le mostraba la potra descomunal, dígale que me desinfle
esta criatura, le decía, pero el nuncio lo pastoreaba con un largo
estoicismo” (p.26).
En 1849 y 1850 hubo en Cartagena de Indias una epide-
Farmacia y plantas medicinales en la literatura: 175
caso de García Márquez
Francisco José González Minero y Luis Bravo Díaz
An. Real Acad. Farm. Vol. 87. Nº 2 (2021) · pp. 171-184