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Nuestro grupo ha comprobado que ratones hemicigotos
para el gen de la tirosina hidroxilasa, la primera enzima en
la síntesis de las catecolaminas, los cuales presentan en la
edad adulta alteraciones en los sistemas homeostáticos,
con una inmunosenescencia prematura y una menor
longevidad que los controles, pueden revertir esas
características al convivir con animales controles.
También, hemos comprobado recientemente que los
ratones cronológicamente viejos, tras dos meses de
convivencia con adultos sanos, presentan un
rejuvenecimiento de sus sistemas homeostáticos y de su
estado redox, consiguiendo aumentar significativamente su
esperanza de vida.
CONCLUSIONES
El envejecimiento es un proceso biológico que, aunque
sea actualmente inevitable, lo podemos llevar a cabo de
una forma saludable. Es evidente que la edad cronológica
siempre va avanzando y no se puede hacer que retroceda,
pero la edad biológica, que nos indica la velocidad a la que
cada individuo envejece, sí se puede “rejuvenecer”. En un
momento del proceso de envejecimiento esa edad
biológica puede ser elevada, y si no se pone remedio la
esperanza de vida será más corta. Pero en esos casos se
puede intervenir cambiando ciertos hábitos, con diferentes
estrategias de estilo de vida y hacer que esa velocidad sea
más lenta, que disminuya la edad biológica y podamos
conseguir una longevidad saludable.
El conocer que el sistema inmunitario puede ser un
adecuado marcador para determinar la edad biológica de
cada persona, permite poder tomar medidas si la misma es
mayor de lo que nos corresponde o nos gustaría. Además,
nos permitirá saber si los cambios que hacemos en nuestro
estilo de vida están siendo de utilidad. Más aún, como se
ha comprobado que el estado del sistema inmunitario
incide en el estado de salud y, consecuentemente, en la
velocidad de envejecimiento, nos interesa que ese sistema
sea el mejor posible para que tal velocidad resulte mínima.
Como recomendaciones se podría decir que el evitar
hábitos nocivos (exceso de tabaco, alcohol, falta de sueño,
etc), hacer una nutrición apropiada, la realización de un
ejercicio físico moderado, no olvidar el ejercicio mental,
una buena “actitud” ante la vida (con un buen control del
estrés emocional) y unas adecuadas relaciones sociales,
pueden ser estrategias que mejoren la función y el estado
redox de las células inmunitarias y por consiguiente la
homeostasis corporal, lo que supone una mejor salud y
mayor longevidad.
Aunque se ha avanzado mucho en los últimos años en
este campo del envejecimiento, queda aún mucho más por
conocer.
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